Suena como la mejor dieta de todos los tiempos: “duerme más y pesa menos”. Sin embargo, según algunos investigadores, esto podría ser posible. Suena como la mejor dieta de todos los tiempos: “duerme más y pesa menos”. Y esto podría ser posible, según algunos investigadores.
Los hallazgos, que aparecen en la edición del 10 de enero de Archives of Internal Medicine, no dicen qué fue primero, la gente dormilona o la gente gorda. Pero el Dr. Robert Vorona, profesor asistente de medicina del sueño de la Escuela de Medicina de Eastern Virginia y coautor del estudio, sospecha que la falta de sueño desencadena cambios hormonales que afectan el apetito. "Es muy posible que, a largo plazo, la falta de sueño predisponga a la obesidad", aseguró Vorona. Reconoció que su teoría es un poco extraña, sobre todo considerando que la gente utiliza más energía durante la vigilia. "No es intuitivo pensar que restringir el sueño lleve a la obesidad, que dormir más haga a la gente más apta para la pérdida de peso", dijo. "Eso parece no tener mucho sentido".
Sin embargo, otros investigadores van por el mismo camino. "Existe cada vez mayor evidencia que sugiere que los sistemas que regulan el sueño y el apetito están relacionados", sostuvo el Dr. Joseph Bass, profesor de medicina de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, que estudia el sueño.
Vorona y sus colegas adquirieron interés inicialmente en la relación entre el sueño y la obesidad luego de leer que la falta de sueño afecta el sistema endocrino del cuerpo, que regula los niveles hormonales. Vorona aseguró que decidieron realizar el estudio para determinar si el peso también se vía afectado.
Los investigadores encuestaron a 1,001 personas de Virginia sur oriental acerca de sus hábitos de sueño. También revisaron el índice de masa corporal de los sujetos. El índice utiliza una fórmula matemática para indicar si una persona tiene peso normal, sobrepeso, obesidad u obesidad severa. El sujeto típico era de 48 años de edad y obeso.
En el estudio, se encontró que las personas de peso normal dormían más que las que tenían exceso de peso o eran obesas, en promedio 16 minutos por noche o 1.9 horas por semana.
Los investigadores reflejaron estudios anteriores japoneses que relacionaban la falta de sueño con la obesidad infantil, aseguró Vorona. Lo extraño es que el último estudio halló que las personas severamente obesas en realidad dormían más que otras personas. Según Vorona, la razón podría ser que sus organismos tienen más posibilidades de producir sustancias químicas que inducen el sueño.
El siguiente paso, aseguró Vorona, es lanzar estudios más definitivos que revisen más de cerca cuánto duermen las personas cada día, en lugar de depender de lo que recuerden, y examinar los cambios en el sueño y los niveles de obesidad con el tiempo. Vorona espera "obtener financiamiento para ver si incrementar el sueño realmente ayuda a perder peso más eficazmente".
Es posible que una mayor investigación acerca de la relación entre el sueño insuficiente y la obesidad pueda explicar por qué los que trabajan en turnos, que muchas veces no duermen lo suficiente, tienen más posibilidades de desarrollar diabetes, aseguró Bass, que escribió un comentario que complementó el estudio de Vorona. "El sueño es un proceso fascinante y enigmático", aseguró Bass. "No le prestamos suficiente atención como médicos y quizá deberíamos".
Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare
FUENTES: Robert Vorona, M.D., assistant professor, sleep medicine, Eastern Virginia Medical School, Norfolk; Joseph Bass, M.D., Ph.D., assistant professor, medicine, Northwestern University Feinberg School of Medicine, Chicago; Jan. 10, 2004, Archives of Internal Medicine
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