Estás cansada de pasarte la mano por el abdomen para disimular que has aumentado de peso, ya no quieres usar blusas anchas que en vez de disimular hacen que parezcas con más kilitos encima, entonces es hora de saber cómo quemar grasa abdominal. Te daremos sencillos consejos para que tu abdomen sea la envidia entre tus amigas.
EJERCICIOS INTENSOS Y BREVES
Una de las recomendaciones para quemar la grasa abdominal es hacer ejercicio; pero la pregunta es qué tipo de ejercicio. Bien, los expertos han determinado que para aplanar el abdomen uno de los métodos más eficaces son los entrenamientos de intervalo, algo así como la popular técnica Tabata que consiste en un plan especializado de pequeñas ráfagas de ejercicio para quemar grasa. Vale la pena consultarle a tu entrenador personal.
ACEITE DE OLIVA
Los compuestos del aceite de oliva estimulan las hormonas del estómago que le indican al cerebro que está lleno y, en consecuencia, te reduce el apetito. Lo ideal es que consumas un poco de aceite sumergido en un trozo de pan e ingerirlo 15 minutos antes de cada comida, esa sencilla actividad te hará evitar comidas innecesarias.
HIDRATARSE BIEN
Es cierto que los 8 vasos de agua ayudan al organismo y cuando se trata de quemar grasa abdominal, el asunto viene muy bien. El agua activa tu metabolismo y cuando este se mantiene en equilibrio, te ayuda con la quema de grasas principalmente en la zona abdominal. Tomar agua es importante pero en exceso puede generarte hinchazón y malestar. ¡Cuidado!
¿Quieres Bajar de Peso? Aqui estan los mejores consejos, dietas y ejercicios para ayudarte a lograrlo.
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martes, 17 de septiembre de 2013
domingo, 29 de abril de 2012
10 secretos para adelgazar tu rostro
Una de las peores cosas que le puede pasar a una mujer es acumular mucha grasa en el rostro y tener unos horribles “cachetes”. Pero no te preocupes porque aquí te decimos cuáles son los alimentos que debes consumir y los ejercicios para reducirlos al máximo.
Como todos saben, cuando subes de peso el primero lugar donde se refleja esta acumulación de grasa es el rostro, lo que se hace muy evidente a simple vista, para eliminarlo prueba primero con esto:
¡Benditos alimentos!
1.- Trata de llevar una dieta rica en proteínas y que casi no contenga hidratos de carbono (harinas, pastas panes y cereales).
2.- Consume muchos vegetales y frutas, no sólo lograrás sentirte satisfecha, sino que además los alimentos verdes (verduras) son fibra lo que te ayudará a que tengas una correcta digestión.
3.- Como en todo régimen alimenticio es muy importante el consumo de agua, así que esta ocasión no será la excepción, lo que te sugerimos es que consumas agua sin azúcar. Sabemos que es difícil, pero recuerda que la belleza cuesta.
4.- Los postres es un deleite para el paladar, sin embargo, son los alimenos que más engordan, así que tendrás que decirles ADIÓS por lo menos un par de meses.
5.- Infusiones de jengibre o hierbas (eucalipto y frutas) son bebidas que ayudan la eliminación de toxinas que se acumulan en tu rostro y cuerpo.
Ejercicios para el rostro
Al igual que cualquier músculo del cuerpo, el rostro también se tiene que ejercitar, así que en tus ratos libres prueba con los siguientes:
1.- Abre de manera exagerada la boca y ciérrala. Esto lo debes hacer al menos 10 veces al día. 2.- ¿Quién dijo que las muevas no servían? Aunque luzcas graciosa, el llevar de un lado hacia el otro la boca, ayudará a reafirma cada uno de los tejidos, descansa hasta que sientas una ligera fatiga. 3.- Masajear tu rostro es una buena forma de reducir su tamaño, además de que seguro podrás relajarte con ello. 4.- Llena la boca de aire hasta que las mejillas queden infladas y suelta lentamente el aire, repite entre 8 y 12 veces. 5.- Contrae y relaja los músculos de la cara o colócate frente a un espejo y sin emitir ningún ruido pronuncia la letra "A" con fuerza y cierra la boca, esto mismo hazlo con las letras "E", "O" y "U". Tienes que hacer 10 repeticiones y conforma avanzan las semanas aumentar hasta llegar a 50.
Todos estos ejercicios no sólo ayudan a reducir el trañao del rostro, sino también a rejuvenerle y darle una apariencia más saludable.
Como todos saben, cuando subes de peso el primero lugar donde se refleja esta acumulación de grasa es el rostro, lo que se hace muy evidente a simple vista, para eliminarlo prueba primero con esto:
¡Benditos alimentos!
1.- Trata de llevar una dieta rica en proteínas y que casi no contenga hidratos de carbono (harinas, pastas panes y cereales).
2.- Consume muchos vegetales y frutas, no sólo lograrás sentirte satisfecha, sino que además los alimentos verdes (verduras) son fibra lo que te ayudará a que tengas una correcta digestión.
3.- Como en todo régimen alimenticio es muy importante el consumo de agua, así que esta ocasión no será la excepción, lo que te sugerimos es que consumas agua sin azúcar. Sabemos que es difícil, pero recuerda que la belleza cuesta.
4.- Los postres es un deleite para el paladar, sin embargo, son los alimenos que más engordan, así que tendrás que decirles ADIÓS por lo menos un par de meses.
5.- Infusiones de jengibre o hierbas (eucalipto y frutas) son bebidas que ayudan la eliminación de toxinas que se acumulan en tu rostro y cuerpo.
Ejercicios para el rostro
Al igual que cualquier músculo del cuerpo, el rostro también se tiene que ejercitar, así que en tus ratos libres prueba con los siguientes:
1.- Abre de manera exagerada la boca y ciérrala. Esto lo debes hacer al menos 10 veces al día. 2.- ¿Quién dijo que las muevas no servían? Aunque luzcas graciosa, el llevar de un lado hacia el otro la boca, ayudará a reafirma cada uno de los tejidos, descansa hasta que sientas una ligera fatiga. 3.- Masajear tu rostro es una buena forma de reducir su tamaño, además de que seguro podrás relajarte con ello. 4.- Llena la boca de aire hasta que las mejillas queden infladas y suelta lentamente el aire, repite entre 8 y 12 veces. 5.- Contrae y relaja los músculos de la cara o colócate frente a un espejo y sin emitir ningún ruido pronuncia la letra "A" con fuerza y cierra la boca, esto mismo hazlo con las letras "E", "O" y "U". Tienes que hacer 10 repeticiones y conforma avanzan las semanas aumentar hasta llegar a 50.
Todos estos ejercicios no sólo ayudan a reducir el trañao del rostro, sino también a rejuvenerle y darle una apariencia más saludable.
Los 10 errores más comunes cuando nos ponemos a dieta
Para muchos, sobre todo para aquellos que han comenzado a intuir los primeros rayos de sol a la vuelta de la esquina, ha llegado la hora de hacer dieta e intentar ponerse a tono para lucir cuerpo durante el verano. Llegan, como cada año, la avalancha de productos milagro, las dietas milagro, las altas dosis de ejercicio y todo tipo de trucos que nos permitan aproximarnos en poco tiempo (y a ser posible con poco esfuerzo) al tan ansiado cuerpo 10.
Si estás pensando en hacer dieta, es importante que tengas en cuenta algunas de las falsas creencias más extendidas en lo que a la alimentación se refiere. ABC ha consultado a una nutricionista sobre los mitos más comunes en nuestra rutina alimentaria y hemos descubierto que muchas de las costumbres que intentamos evitar a la hora de cuidar nuestra figura carecen, en realidad, de fundamento:
1. El pan engorda: No es cierto. ¿Cuántas veces has escuchado eso de «yo no como pan porque engorda»? Pues olvídate. La nutricionista Gretel Cabrera, responsable del área de Alimentación y Nutrición de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), asegura que «aunque cuando la gente se pone a dieta lo primero que hace es quitarse el pan, esta costumbre no tiene mucho sentido». Según la experta, «lógicamente el pan tiene un aporte calórico, pues está constiuido de cereales, pero lo que realmente engorda es la salsa en la que lo mojamos». Según nos explica, no es el pan lo que engorda, sino el hecho de que tenerlo sobre la mesa aumentará las posibilidades de que sucumbamos a esa rica salsa que acompaña nuestros planos y con eso sí acabemos engordando. «Si cuidamos los acompañamientos, se puede comer con pan perfectamente, pues el hecho de que lo incorporemos a la dieta no nos engordará más». Eso sí, Cabrera nos recomienda saber qué tipo de pan comemos: «El pan de molde, por ejemplo, tiene más calorías».
2. Suplementos alimenticios, solo si de verdad son necesarios: Hay quien, de manera casi aleatoria, decide suprimir ciertos complementos básicos de la dieta y sustituirlos por complementos alimenticios que faciliten los aportes vitamínicos de alimentos que son fundamentales. La nutricionista Gretel Cabrera considera, no obstante, que «hay que valorar los suplementos desde otra óptica. Si pasas por un periódo de embarazo o convalecencia y requieres nutrientes, necesitarás un complemento que te ayude, pero muchas veces utilizamos erróneamente este tipo de pastillas en lugar de cambiar nuestros hábitos de vida y de consumo».
3. Prohibido mezclar hidratos y proteínas: Falso. «Lo que conseguimos con este tipo de costumbres es perder peso en poco tiempo, dado que dejamos de comer calorías». La experta considera, por ello, que hacer una dieta disociada nunca será la mejor manera de adelgazar. «El objetivo de toda dieta debería ser llevar una vida sana, cambiar nuestra rutina de alimentación, aprender a comer bien...Las dietas disociadas son las más famosas y tienen muchísimos seguidores, pero a la larga no conseguirás lo que buscas».
4. El agua engorda si la bebes durante las comidas: Falso. El agua es un alimento acalórico, es decir, no aporta calorías. Según un informe de CECU en este sentido, beber agua antes de las comidas aumenta la sensación de saciedad, por lo que es recomendable beberla si estamos haciendo dieta y nuestro objetivo es sentirnos más saciados.
5. Fin a los dulces y a los caprichos: Tampoco hace falta renunciar a los pequeños placeres de la vida si queremos ponernos a tono. Según la experta, «para hacer dieta no es indispensable renunciar a cosas que te gusten, ni siquiera a los dulces, a los helados o a un plato de pasta con salsa bolognesa. Lo realmente necesario es plantearnos otro tipo de vida en la que estemos mucho más activos y adquiramos unos hábitos más saludables». Si conseguimos esto, podremos estar delgados incluso comiendo chocolate.
6. Las frutas ácidas adelgazan: No es cierto. Para Gretel Cabera, este mito «está asociado a los productos de limpieza, que siempre han asociado alimentos como el limón a acciones desengrasantes». «No existe ningún alimento que tenga la función de adelgazar».
7. Los productos integrales adelgazan: Es cierto, como explica Cabrera, que los productos integrales son ricos en fibra y producen una mayor sensación de saciedad que otro tipo de alimentos. Por ello, «si queremos estar saciados siempre será mejor comer pan integral que pan normal, o pastas integrales, puesto que comeremos una cantidad menor al estar más llenos». Pero en ningún caso los productos integrales facilitan la pérdida de peso: «podremos adelgazar si reducimos las cantidades, pero nunca comiendo un tipo de alimento determinado».
8. Prohibido comer carbohidratos de noche: Otro falso mito. De hecho, la experta no sabe de dónde sale está leyenda urbana tan extendida. «Como en los casos anteriores, lo único que debemos hacer es reducir las cantidades, sobre todo por la noche, puesto que no vamos a consumir energía». Sin embargo, asegura que, al igual que las frutas, «los hidratos de carbono están permitidos por la noche. Solo hay que intentar hacer una comida menos copiosa, pues no utilizaremos ese aporte de energía de manera inmediata si nos vamos a la cama».
9. Los productos light adelgazan: Según las recomendaciones de CECU, un producto light es aquel al que se le han reducido los aportes calóricos. Esto significa que estos alimentos engordarán menos que el resto pero, en ninguno de los caso, mejorarán nuestra figura.
10. Saltarse una comida adelgaza: También es falso. De hecho, saltarse una comida es un mal hábito de vida que puede acabar por salirnos caro. Además, es posible que incremente en gran medida el hambre y acabemos comiendo de manera descontrolada durante la siguiente comida, consiguiendo precisamente lo contrario que nos proponíamos.
En definitiva, y según la experta de CECU, «es un completo error hacer dieta poco antes del verano para conseguir un cuerpo perfecto. La única clave que funciona si queremos estar a tono en los meses de calor es comenzar a cuidarnos desde el verano anterior. Solo modificando nuestras rutinas y nuestras costumbres conseguiremos un buen cuerpo y una vida saludable».
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¿Vino tinto contra la obesidad?
De toda la vida ha existido el mito de la 'barriguita cervecera pero un estudio ha desvelado que el vino tinto puede ser bueno para adelgazar. 'Kee-Hong Kim y sus colegas de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos, han explorado el pieceatanol, compuesto poco estudiado que deriva del resveratrol. Éste último, de la familia de los polifenoles y presente en el vino tinto, es un compuesto conocido por sus propiedades antienvejecimiento y que también podría ser útil en la lucha contra la obesidad.
Para profundizar conocimientos, el equipo de investigadores analizó cultivos de células y observaron que el pieceatanol podía bloquear el desarrollo de las células grasas. De ahí que Kim y sus colegas esperen que el hallazgo abra nuevas vías en la comprensión y el control de los mecanismos implicados en la obesidad.
"El pieceatanol altera el ritmo de expresión de los genes, el rol de los genes y la acción de la insulina durante la adipogénesis, el proceso durante el cual las células grasas jóvenes se vuelven células grasas maduras", explica Kim. "En presencia del pieceatanol, la adipogénesis se ve retardada e incluso completamente inhibida", agrega.
Según el investigador, la adipogénesis es un blanco molecular importante en el retraso o incluso la prevención de la acumulación de grasas en las células. Él y su equipo esperan que también lo sea en el almacenamiento de masa grasa.
Sin embargo, existe un escollo importante: el hecho de que el pieceatanol se degrade muy rápidamente una vez que ingresa en el torrente sanguíneo. "Necesitamos mejorar la estabilidad y la solubilidad del pieceatanol para crear un efecto biológico", concluye Kim.
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lunes, 12 de marzo de 2012
Con mi dieta los gordos pasan de ser esclavos de su peso a liberarse de una cárcel de grasa
Un poco. Son muchas críticas, pero yo no les hago apenas caso porque es una guerra de egos. Muchos de los argumentos de los dietistas no están expuestos con buena fe ni son científicos. Mi problema no es hacer la guerra. Soy médico, tengo 70 años y trabajo en nutrición desde hace 42 años. Es mi vida. Dicen que vendo muchos libros y que he acumulado mucho dinero, sin embargo, no tengo tiempo ni para comprarme unos vaqueros. Ayer estaba en Brasil y hoy en Pamplona. Sí, soy rico gracias a los libros, pero en realidad no he visto este dinero. En el mundo de hoy, cuando uno hace algo bien, inmediatamente viene el dinero, es la evaluación inmediata del sistema, pero el dinero no es mi vida. Tengo una pequeña misión más importante que el dinero. Cuando venía hacia aquí, dos personas me han reconocido y me han dicho que han adelgazado con mi dieta. Para mí, eso es una droga.
¿Por qué estamos gordos?
La naturaleza del sobrepeso no es nutricional sino comportamental y social, e incluso civilizacional. Descansa en el malestar instaurado por el modelo económico de las sociedades mercantiles en el que el alimento gratificante proporciona el acondicionamiento. Uno engorda para compensar un sufrimiento o malestar previo y únicamente puede adelgazar si se le propone una solución que no solo no añada más sufrimiento sino que aporte una satisfacción compensatoria, un cambio de muleta.
Entonces huimos del sufrimiento a través de alimentos atractivos...
Ese malestar que he comentado desestabiliza cada vez a más personas vulnerables, generando un sufrimiento o una cosecha insuficiente de gratificaciones que busca y encuentra compensación en el alimento. Para ello el alimento tiene que ser lo más sensorial posible, dulce, graso o salado, y usarse en cantidades suficientes. En estas condiciones el alimento ya no se ingiere por su contenido nutricional, sino por su función hedónica y para activar la estimulación cerebral de dopamina y serotonina deficitaria. El obeso engorda por comer más allá de sus necesidades biológicas y alimentarias, buscando en el alimento una simple recompensa sensorial y cerebral. El gordo engorda porque está buscando un placer, una satisfacción o un desarrollo personal que es momentánea o permanentemente incapaz de encontrar de otro modo.
¿Considera fracasados los métodos que restringen las calorías?
Con ellos, cuando alguien quiere adelgazar, no solo tiene que detener esas búsqueda del placer, sino también invertirla para cambiar el chip hacia la restricción. De ahí el fracaso lógico de métodos basados en la restricción cuantitativa equilibrada. La búsqueda de nuevos medios de adelgazamiento me llevó a alejarme de las propuestas del pasado para idear un método que pudiera transmitir esa nueva esperanza.
¿Una dieta placentera? Resulta difícil de creer...
La dieta es un castigo para estas personas. ¿Cómo hacer que adelgacen? Fabricando una dieta que no produzca castigo sino recompensa, placer. Un método sencillo, comprensible para todos y dividido en cuatro fases: dos para adelgazar y dos para estabilizar. Es un sistema rápido, es la guerra: en la primera fase se pierden dos kilos en cuatro o cinco días. Eso produce una sensación de éxito, mejora la autoestima porque la persona se ve capaz de superar un reto difícil. La segunda fase es menos rápida, un kilo a la semana, y dos meses después viene la tercera fase, la de consolidación, que dura diez días por kilo perdido. La última fase es una dieta para el resto de la vida con cuatro reglas: conservar la base alimentaria, los jueves tomar proteínas, andar al menos 20 minutos al día e ingerir tres cucharadas diarias de salvado de avena.
¿Y dónde está el placer?
Quien sigue la dieta es capaz de hacer una cosa difícil y la recompensa es estar normal y poder hacer cosas normales, no estar en una cárcel de grasa, pero deben verse los resultados rápido porque, de lo contrario, se abandona. Quien sigue la dieta se convierte en un guerrillero. Antes era un esclavo de su peso, pero luego se ve capaz de resistir y liberarse de esa cárcel. Mi ambición es crear un sistema para recuperar la felicidad perdida, y el primer paso, en el caso de las personas obesas y con sobrepeso, es adelgazar: al hacerlo mejoran su actividad laboral, las relaciones sociales... en definitiva, cambian de vida. La civilización ahora fabrica gordos y si rebajamos el sobrepeso van a ver otra vida.
¿Su dieta es para todos y para siempre?
Para toda la vida en el caso de las personas que deben adelgazar más de siete kilos, para el resto, no.
¿Hay algún alimento prohibido en ella?
Se puede comer de todo, pero no aconsejo las patatas fritas, tampoco el alcohol en exceso, ni la fritura. No digo que estén prohibidos, sino que no hay que abusar. Si estoy en un aeropuerto y todo está cerrado, voy a McDonalds y compro patatas fritas, pero si puedo elegir prefiero un pescado. Considero peligrosos los copos de maíz, un alimento vacío, es mejor el cereal natural o el pan.
¿Por qué estamos gordos?
La naturaleza del sobrepeso no es nutricional sino comportamental y social, e incluso civilizacional. Descansa en el malestar instaurado por el modelo económico de las sociedades mercantiles en el que el alimento gratificante proporciona el acondicionamiento. Uno engorda para compensar un sufrimiento o malestar previo y únicamente puede adelgazar si se le propone una solución que no solo no añada más sufrimiento sino que aporte una satisfacción compensatoria, un cambio de muleta.
Entonces huimos del sufrimiento a través de alimentos atractivos...
Ese malestar que he comentado desestabiliza cada vez a más personas vulnerables, generando un sufrimiento o una cosecha insuficiente de gratificaciones que busca y encuentra compensación en el alimento. Para ello el alimento tiene que ser lo más sensorial posible, dulce, graso o salado, y usarse en cantidades suficientes. En estas condiciones el alimento ya no se ingiere por su contenido nutricional, sino por su función hedónica y para activar la estimulación cerebral de dopamina y serotonina deficitaria. El obeso engorda por comer más allá de sus necesidades biológicas y alimentarias, buscando en el alimento una simple recompensa sensorial y cerebral. El gordo engorda porque está buscando un placer, una satisfacción o un desarrollo personal que es momentánea o permanentemente incapaz de encontrar de otro modo.
¿Considera fracasados los métodos que restringen las calorías?
Con ellos, cuando alguien quiere adelgazar, no solo tiene que detener esas búsqueda del placer, sino también invertirla para cambiar el chip hacia la restricción. De ahí el fracaso lógico de métodos basados en la restricción cuantitativa equilibrada. La búsqueda de nuevos medios de adelgazamiento me llevó a alejarme de las propuestas del pasado para idear un método que pudiera transmitir esa nueva esperanza.
¿Una dieta placentera? Resulta difícil de creer...
La dieta es un castigo para estas personas. ¿Cómo hacer que adelgacen? Fabricando una dieta que no produzca castigo sino recompensa, placer. Un método sencillo, comprensible para todos y dividido en cuatro fases: dos para adelgazar y dos para estabilizar. Es un sistema rápido, es la guerra: en la primera fase se pierden dos kilos en cuatro o cinco días. Eso produce una sensación de éxito, mejora la autoestima porque la persona se ve capaz de superar un reto difícil. La segunda fase es menos rápida, un kilo a la semana, y dos meses después viene la tercera fase, la de consolidación, que dura diez días por kilo perdido. La última fase es una dieta para el resto de la vida con cuatro reglas: conservar la base alimentaria, los jueves tomar proteínas, andar al menos 20 minutos al día e ingerir tres cucharadas diarias de salvado de avena.
¿Y dónde está el placer?
Quien sigue la dieta es capaz de hacer una cosa difícil y la recompensa es estar normal y poder hacer cosas normales, no estar en una cárcel de grasa, pero deben verse los resultados rápido porque, de lo contrario, se abandona. Quien sigue la dieta se convierte en un guerrillero. Antes era un esclavo de su peso, pero luego se ve capaz de resistir y liberarse de esa cárcel. Mi ambición es crear un sistema para recuperar la felicidad perdida, y el primer paso, en el caso de las personas obesas y con sobrepeso, es adelgazar: al hacerlo mejoran su actividad laboral, las relaciones sociales... en definitiva, cambian de vida. La civilización ahora fabrica gordos y si rebajamos el sobrepeso van a ver otra vida.
¿Su dieta es para todos y para siempre?
Para toda la vida en el caso de las personas que deben adelgazar más de siete kilos, para el resto, no.
¿Hay algún alimento prohibido en ella?
Se puede comer de todo, pero no aconsejo las patatas fritas, tampoco el alcohol en exceso, ni la fritura. No digo que estén prohibidos, sino que no hay que abusar. Si estoy en un aeropuerto y todo está cerrado, voy a McDonalds y compro patatas fritas, pero si puedo elegir prefiero un pescado. Considero peligrosos los copos de maíz, un alimento vacío, es mejor el cereal natural o el pan.
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Pescados, vital alimento
Ideales en toda ocasión, se pueden preparar de muchas formas, por eso es importante conocer sobre las distintas maneras de cocinarlo y su punto de cocción. Veamos entonces las distintas posibilidades de preparación en el menú diario.
AL HORNO. Muchas son las combinaciones que podemos hacer por este método de cocción, por ejemplo: condimentar bifes de pescado y disponerlos en fuente de horno sobre rodajas de tomate, aros finos de cebolla, sal, orégano, rociar con aceite de oliva y hornear. En bifes condimentados y recubiertos por una capa de puré de papas con hierbas picadas y queso rallado. En bifes rellenos con tiras de panceta o con mejillones, ajo y perejil, en fuente de horno rociados con vino blanco y caldo.
EN "PAPILLOTE". Se colocará en un cuadrado de papel aluminio un bife o trozo de pescado, salpimentar y colocar encima morrón rojo, rodajas de tomate, orégano, sal, pimienta y un chorrito de aceite de oliva. Cerrar el papel formando un paquetito y llevar al horno. Para este método son ideales el salmón, el lenguado, merluza o atún.
A LA PARRILLA. Ideal para corvina, merluza, etc., bien limpios y muchas veces rellenos. Envueltos en papel aluminio.
FRITOS. Lavar y secar bien el pescado, cortar en rodajas o bifes, condimentarlo con sal, pimienta y jugo de limón y pasarlo por harina para evitar que la humedad haga saltar el aceite -también se puede pasar por pan rallado y huevo batido. Freírlo luego en aceite caliente hasta dorar. Puede también pasarse el pescado por una pasta de harina, huevo y cerveza y luego dorar en aceite.
HERVIDOS. Es un método de cocción sano y no menos sabroso. Puede utilizarse para los pescados enteros o los bifes. Colocar en una olla agua, gustos, un poco de vino blanco, cebolla, ajo, perejil y rodajas de limón. Llevar al fuego y cocinar durante aproximadamente 20 minutos. Agregar luego el pescado y dejar unos minutos dependiendo de si son bifes, rodajas o enteros (10 a 15 minutos aprox.)
A LA PLANCHA. Condimentar bifes o rodajas de pescado y colocarlas en plancha caliente con un chorrito de aceite de oliva. Servirlo espolvoreado de hierbas picadas.
EN CAZUELAS. Pueden utilizarse distintas variedades de pescados tanto en rodajas gruesas como en bifes. Se prestan para muy variadas combinaciones desde la clásica con salsa de tomate a las de crema, yogures, cerveza, etc. Permiten integrar gran variedad de alimentos para lograr así originales preparaciones.
EN MICROONDAS. El pescado es uno de los alimentos ideales para preparar en microondas. Pueden utilizarse en bifes con suaves rellenos y cubiertos con una liviana salsa o solos rociados con jugo de limón, hierbas aromáticas, etc.
AL HORNO. Muchas son las combinaciones que podemos hacer por este método de cocción, por ejemplo: condimentar bifes de pescado y disponerlos en fuente de horno sobre rodajas de tomate, aros finos de cebolla, sal, orégano, rociar con aceite de oliva y hornear. En bifes condimentados y recubiertos por una capa de puré de papas con hierbas picadas y queso rallado. En bifes rellenos con tiras de panceta o con mejillones, ajo y perejil, en fuente de horno rociados con vino blanco y caldo.
EN "PAPILLOTE". Se colocará en un cuadrado de papel aluminio un bife o trozo de pescado, salpimentar y colocar encima morrón rojo, rodajas de tomate, orégano, sal, pimienta y un chorrito de aceite de oliva. Cerrar el papel formando un paquetito y llevar al horno. Para este método son ideales el salmón, el lenguado, merluza o atún.
A LA PARRILLA. Ideal para corvina, merluza, etc., bien limpios y muchas veces rellenos. Envueltos en papel aluminio.
FRITOS. Lavar y secar bien el pescado, cortar en rodajas o bifes, condimentarlo con sal, pimienta y jugo de limón y pasarlo por harina para evitar que la humedad haga saltar el aceite -también se puede pasar por pan rallado y huevo batido. Freírlo luego en aceite caliente hasta dorar. Puede también pasarse el pescado por una pasta de harina, huevo y cerveza y luego dorar en aceite.
HERVIDOS. Es un método de cocción sano y no menos sabroso. Puede utilizarse para los pescados enteros o los bifes. Colocar en una olla agua, gustos, un poco de vino blanco, cebolla, ajo, perejil y rodajas de limón. Llevar al fuego y cocinar durante aproximadamente 20 minutos. Agregar luego el pescado y dejar unos minutos dependiendo de si son bifes, rodajas o enteros (10 a 15 minutos aprox.)
A LA PLANCHA. Condimentar bifes o rodajas de pescado y colocarlas en plancha caliente con un chorrito de aceite de oliva. Servirlo espolvoreado de hierbas picadas.
EN CAZUELAS. Pueden utilizarse distintas variedades de pescados tanto en rodajas gruesas como en bifes. Se prestan para muy variadas combinaciones desde la clásica con salsa de tomate a las de crema, yogures, cerveza, etc. Permiten integrar gran variedad de alimentos para lograr así originales preparaciones.
EN MICROONDAS. El pescado es uno de los alimentos ideales para preparar en microondas. Pueden utilizarse en bifes con suaves rellenos y cubiertos con una liviana salsa o solos rociados con jugo de limón, hierbas aromáticas, etc.
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Carnes rojas y blancas: beneficios y peligros
La carne es un alimento importante en nuestra dieta por sus propiedades: un alto contenido en proteínas de buena calidad y el aporte de vitaminas y minerales. Pero no todas son igual de beneficiosas para la salud ni deben comerse con la misma frecuencia.
Mientras que las carnes blancas son menos grasas y pueden consumirse unas 3 ó 4 veces a la semana, «las rojas, por su alto contenido en grasas saturadas, no deberían tomarse más de dos veces al mes», asegura a ABC.es la nutricionista María José Ibáñez, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas del País Vasco y miembro de AED-N.
Las consideradas carnes blancas son el pollo, el pavo y el conejo. Entre las rojas, que tienen más hierro, se encuentran la vaca, el buey y el toro. Pero también, aunque sean menos consumidas, entran en este grupo las vísceras, la carne de caza y la de caballo y embutidos como el chorizo y el salchichón.
En el caso del cordero y el cerdo, su clasificación «depende de la edad del animal», explica Ibáñez. Las piezas de animales jóvenes, más claras, se consideran blancas, y las de adultos, de tono más oscuro, rojas.
«Por su alto contenido en hierro, la carne roja resulta interesante para prevenir la anemia, sin embargo, también son ricas en purinas, por lo que su consumo excesivo se relaciona con la aparición de gota», advierte la nutricionista, que recomienda consumirlas con moderación por su «alto contenido en grasas saturadas». «Un elevado consumo de este tipo de grasas se relaciona con la obesidad y las enfermedades cardiovasculares», concluye.
Mientras que las carnes blancas son menos grasas y pueden consumirse unas 3 ó 4 veces a la semana, «las rojas, por su alto contenido en grasas saturadas, no deberían tomarse más de dos veces al mes», asegura a ABC.es la nutricionista María José Ibáñez, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas del País Vasco y miembro de AED-N.
Las consideradas carnes blancas son el pollo, el pavo y el conejo. Entre las rojas, que tienen más hierro, se encuentran la vaca, el buey y el toro. Pero también, aunque sean menos consumidas, entran en este grupo las vísceras, la carne de caza y la de caballo y embutidos como el chorizo y el salchichón.
En el caso del cordero y el cerdo, su clasificación «depende de la edad del animal», explica Ibáñez. Las piezas de animales jóvenes, más claras, se consideran blancas, y las de adultos, de tono más oscuro, rojas.
«Por su alto contenido en hierro, la carne roja resulta interesante para prevenir la anemia, sin embargo, también son ricas en purinas, por lo que su consumo excesivo se relaciona con la aparición de gota», advierte la nutricionista, que recomienda consumirlas con moderación por su «alto contenido en grasas saturadas». «Un elevado consumo de este tipo de grasas se relaciona con la obesidad y las enfermedades cardiovasculares», concluye.
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Incrementa riesgo de subir de peso desayunar alimentos fritos
Los sopes, huaraches, tacos, tamales, gorditas, entre otros alimentos tan representativos de la gastronomía mexicana y que fácilmente se localizan en puestos de la calle, resultan prácticos para la gente que tiene poco tiempo para desayunar.
Sin embargo, consumirlos a menudo puede resultar dañino para la salud, advirtió Blanca Estela Pavón Velázquez, nutrióloga de la Unidad de Medicina Familiar, con Unidad Médica de Atención Ambulatoria (UMF/UMAA), número 162 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Recordó que estos alimentos en su mayoría son preparados con grandes cantidades de aceite y/o manteca que contienen altos niveles de hidratos de carbono, los cuales junto con la grasa dan energía, que al no ser ocupada, se almacena en forma de triglicéridos y colesterol principalmente, lo que llega a causar sobrepeso u obesidad.
La especialista señaló que esto puede desencadenar problemas cardiovasculares, como cardiopatía coronaria (infarto del miocardio), trombosis, hipertensión arterial, incremento de colesterol y triglicéridos y ateroesclerosis (engrosamiento de paredes arteriales), entre otros padecimientos derivados del problema de peso.
Pavón Velázquez sostuvo que un desayuno nutritivo debe contener una ración de fruta y de leguminosa o producto de origen animal (lentejas, queso, huevo), así como dos piezas de verduras y cereales o tubérculos (papa, semillas, pan).
En caso de consumir sopes, quesadillas o fritangas es recomendable que se elaboren en casa con poco aceite (grasa), e incluirle más verduras y leguminosas (frijol) para balancear el alimento, subrayó la dietista.
Asimismo, recordó que practicar algún deporte por lo menos 30 minutos diarios ayudará también al organismo a ocupar la energía que se consume en cada comida para evitar que se almacene como grasa.
De igual modo recordó que el primer alimento del día brinda los nutrimentos que requiere el cuerpo, como hidratos de carbono, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales para mejorar el funcionamiento del organismo.
DESAYUNO NUTRITIVO
Un desayuno nutritivo aumenta la capacidad de concentración y aprendizaje, disminuye el riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad, y se obtiene la energía para realizar las actividades Un desayuno nutritivo ha sido un factor importante en la prevención de sobrepeso y obesidad, ya que reduce la ingesta de grandes cantidades de calorías durante el día ya que se consume menos alimentos el resto del día, posiblemente debido a que los niveles de glucosa en la sangre se mantienen más estables que en comparación con las personas que no desayunan.
Sin embargo, consumirlos a menudo puede resultar dañino para la salud, advirtió Blanca Estela Pavón Velázquez, nutrióloga de la Unidad de Medicina Familiar, con Unidad Médica de Atención Ambulatoria (UMF/UMAA), número 162 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Recordó que estos alimentos en su mayoría son preparados con grandes cantidades de aceite y/o manteca que contienen altos niveles de hidratos de carbono, los cuales junto con la grasa dan energía, que al no ser ocupada, se almacena en forma de triglicéridos y colesterol principalmente, lo que llega a causar sobrepeso u obesidad.
La especialista señaló que esto puede desencadenar problemas cardiovasculares, como cardiopatía coronaria (infarto del miocardio), trombosis, hipertensión arterial, incremento de colesterol y triglicéridos y ateroesclerosis (engrosamiento de paredes arteriales), entre otros padecimientos derivados del problema de peso.
Pavón Velázquez sostuvo que un desayuno nutritivo debe contener una ración de fruta y de leguminosa o producto de origen animal (lentejas, queso, huevo), así como dos piezas de verduras y cereales o tubérculos (papa, semillas, pan).
En caso de consumir sopes, quesadillas o fritangas es recomendable que se elaboren en casa con poco aceite (grasa), e incluirle más verduras y leguminosas (frijol) para balancear el alimento, subrayó la dietista.
Asimismo, recordó que practicar algún deporte por lo menos 30 minutos diarios ayudará también al organismo a ocupar la energía que se consume en cada comida para evitar que se almacene como grasa.
De igual modo recordó que el primer alimento del día brinda los nutrimentos que requiere el cuerpo, como hidratos de carbono, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales para mejorar el funcionamiento del organismo.
DESAYUNO NUTRITIVO
Un desayuno nutritivo aumenta la capacidad de concentración y aprendizaje, disminuye el riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad, y se obtiene la energía para realizar las actividades Un desayuno nutritivo ha sido un factor importante en la prevención de sobrepeso y obesidad, ya que reduce la ingesta de grandes cantidades de calorías durante el día ya que se consume menos alimentos el resto del día, posiblemente debido a que los niveles de glucosa en la sangre se mantienen más estables que en comparación con las personas que no desayunan.
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jueves, 14 de enero de 2010
La dieta de los colores, la nueva fórmula definitiva
Muchos son los médicos, nutricionistas y divulgadores que aseguran haber encontrado la dieta definitiva, la que nos permitirá adelgazar sin problemas y sin sufrimiento. Dos términos, sin embargo, que suelen ser contradictorios, ya que, tal y como aseguran los expertos, a todos nos gusta comer. Desde la dieta de la acelga a otras más elaboradas, son varias las fórmulas que llenan libros y revistas, inundan internet y obnubilan a la gente. Y entre ellas hay una, la de los colores, que ha conquistado Estados Unidos, un país con un 32% de obesos y un 65% de personas con sobrepeso.
No nos engañemos, casi todos conocemos las claves de una dieta ideal: evitar las grasas saturadas y los azúcares y comer de forma moderada. Así lo aseguran expertos del Center for Human Nutrition de la Universidad de Los Ángeles (UCLA). Si seguimos estas pautas y hacemos ejercicio, la pérdida de peso está garantizada. El profesor David Heber, director del centro, atribuye la proliferación de productos para adelgazar que aseguran resultados rápidos y sin esfuerzo a la misma actitud humana. "La receta es sencilla: bastaría con comer menos y moverse más. Lo que pasa es que eso es muy fácil de decir", comenta sonrisa en boca.
Otro problema, al margen de la omnipresente y poco adecuada oferta de restaurantes de fast food, es que la gente no siempre sabe exactamente cómo llevar una alimentación sana. El doctor Heber lleva años compaginando su trabajo en la universidad con la asesoría dietética a celebridades de Hollywood, afincadas a menudo a tiro de piedra de su despacho de la UCLA. A base de elaborar regímenes personalizados y de intentar extraer sus puntos comunes, inventó la llamada dieta de los colores. "Mis años de experiencia enseñando a la gente cómo y qué comer me han hecho llegar a la conclusión de que cuánto más simple sea la fórmula, tanto mejor", comenta el doctor Heber.
Y la verdad es que su método es, ante todo, fácil de seguir. Así lo cuenta en su libro What Colour Is Your Diet? Consiste en catalogar frutas y verduras de acuerdo con su color para hacer así más atractivos los platos y sencillo el programa de consumo. A cada color le corresponde, además, un tipo de nutriente, por lo que es necesario consumirlos todos.
El propio doctor Heber reconoce que su método no hace más que estimular el consumo variado de frutas y verduras. Aunque no hay que olvidar las proteínas. "Nosotros creemos que es ideal complementar el consumo de vegetales con proteína animal, preferentemente pescado", asegura. Reconoce que buena culpa de los malos usos alimentarios los tiene el propio sistema económico. "Piénselo detenidamente: ¿por qué otra razón comemos en el cine palomitas y no manzanas?".
No nos engañemos, casi todos conocemos las claves de una dieta ideal: evitar las grasas saturadas y los azúcares y comer de forma moderada. Así lo aseguran expertos del Center for Human Nutrition de la Universidad de Los Ángeles (UCLA). Si seguimos estas pautas y hacemos ejercicio, la pérdida de peso está garantizada. El profesor David Heber, director del centro, atribuye la proliferación de productos para adelgazar que aseguran resultados rápidos y sin esfuerzo a la misma actitud humana. "La receta es sencilla: bastaría con comer menos y moverse más. Lo que pasa es que eso es muy fácil de decir", comenta sonrisa en boca.
Otro problema, al margen de la omnipresente y poco adecuada oferta de restaurantes de fast food, es que la gente no siempre sabe exactamente cómo llevar una alimentación sana. El doctor Heber lleva años compaginando su trabajo en la universidad con la asesoría dietética a celebridades de Hollywood, afincadas a menudo a tiro de piedra de su despacho de la UCLA. A base de elaborar regímenes personalizados y de intentar extraer sus puntos comunes, inventó la llamada dieta de los colores. "Mis años de experiencia enseñando a la gente cómo y qué comer me han hecho llegar a la conclusión de que cuánto más simple sea la fórmula, tanto mejor", comenta el doctor Heber.
Y la verdad es que su método es, ante todo, fácil de seguir. Así lo cuenta en su libro What Colour Is Your Diet? Consiste en catalogar frutas y verduras de acuerdo con su color para hacer así más atractivos los platos y sencillo el programa de consumo. A cada color le corresponde, además, un tipo de nutriente, por lo que es necesario consumirlos todos.
El propio doctor Heber reconoce que su método no hace más que estimular el consumo variado de frutas y verduras. Aunque no hay que olvidar las proteínas. "Nosotros creemos que es ideal complementar el consumo de vegetales con proteína animal, preferentemente pescado", asegura. Reconoce que buena culpa de los malos usos alimentarios los tiene el propio sistema económico. "Piénselo detenidamente: ¿por qué otra razón comemos en el cine palomitas y no manzanas?".
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Inventan yogurt contra obesidad y males cardiovasculares
Ciudad de México.- Científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Querétaro, desarrollaron un yogur adicionado con un nuevo almidón que tiene la capacidad de prevenir la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.
El titular de la investigación, Fernando Martínez Bustos, quien obtuvo un reconocimiento por este proyecto en la emisión más reciente del Premio Nacional de Alimentos, explicó que ese producto provoca un mejor flujo intestinal, al aprovechar sólo los nutrientes.
Detalló que para ello se le adicionó un almidón especial desarrollado por su equipo de trabajo, el cual tiene beneficios fisiológicos superiores a los de las fibras dietéticas o alimentarias que actualmente se emplean en productos como pan y cereales.
El experto afirmó que a ese comestible se le podría denominar como un alimento funcional, ya que tiene las características propias del yogurt de leche y particularidades fisiológicas aportadas por el almidón resistente, que son en algunos casos mejores que los de la fibra dietética.
'Entonces podríamos decir que es básicamente el desarrollo de un nuevo alimento extraído de fuentes naturales, a partir de un proceso de amplia aplicación en la industria de alimentos', expuso.
Martínez Bustos dijo que aunque en un inicio ese nuevo almidón fue adicionado en yogurt, también se podría agregar a panes, cárnicos, botanas, cereales y cualquier producto procesado.
Indicó que ese proyecto fue realizado en poco más de un año, con la participación de investigadores y estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa, y que se buscará que algún industrial pueda sacarlo al mercado, para beneficio de la población mexicana.
Notimex
El titular de la investigación, Fernando Martínez Bustos, quien obtuvo un reconocimiento por este proyecto en la emisión más reciente del Premio Nacional de Alimentos, explicó que ese producto provoca un mejor flujo intestinal, al aprovechar sólo los nutrientes.
Detalló que para ello se le adicionó un almidón especial desarrollado por su equipo de trabajo, el cual tiene beneficios fisiológicos superiores a los de las fibras dietéticas o alimentarias que actualmente se emplean en productos como pan y cereales.
El experto afirmó que a ese comestible se le podría denominar como un alimento funcional, ya que tiene las características propias del yogurt de leche y particularidades fisiológicas aportadas por el almidón resistente, que son en algunos casos mejores que los de la fibra dietética.
'Entonces podríamos decir que es básicamente el desarrollo de un nuevo alimento extraído de fuentes naturales, a partir de un proceso de amplia aplicación en la industria de alimentos', expuso.
Martínez Bustos dijo que aunque en un inicio ese nuevo almidón fue adicionado en yogurt, también se podría agregar a panes, cárnicos, botanas, cereales y cualquier producto procesado.
Indicó que ese proyecto fue realizado en poco más de un año, con la participación de investigadores y estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa, y que se buscará que algún industrial pueda sacarlo al mercado, para beneficio de la población mexicana.
Notimex
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La acumulación de grasa en caderas y nalgas protege frente a las enfermedades cardiovasculares
La acumulación de grasa en caderas, muslos y nalgas puede ser muy molesta estéticamente para algunos pero, según un equipo de científicos de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, en realidad es beneficioso para la salud ya que protege contra enfermedades cardiovasculares.
Según publica en el último número de la revista International Journal of Obesity, la grasa acumulada en las caderas ayuda a eliminar los lípidos dañinos y contiene agentes antiinflamatorios que evitan la obstrucción de las arterias, mientras que la que se acumula en las nalgas también resulta beneficiosa, "preferible a las cinturas gruesas, que no protegen en absoluto", explican los autores de la investigación.
Después de haber comprobado que la grasa de esta zona del cuerpo es "mucho más difícil" que la que rodea la cintura, algo que, "aunque pueda parecer un inconveniente, en realidad es positivo", según el director del estudio, Konstantinos Manolopoulos, en declaraciones a la BBC que recoge Ep, ya que cuando la grasa se desintegra fácilmente libera muchas citoquinas que a su vez provocan inflamaciones en el cuerpo.
De hecho, estas citoquinas siempre han sido relacionadas con la aparición de enfermedades cardiovasculares, la resistencia a insulina y diabetes. Además, han comprobado que la grasa de las caderas favorece la aparición de adiponectina, una hormona que protege a las arterias y promueve un mejor control del azúcar en sangre.
En la cintura no ayuda
Por todo ello, Manolopoulos asegura que "lo que importa es dónde está la grasa" y, de hecho, "cuanta más grasa se acumule en las caderas mejor, siempre y cuando la cintura permanezca delgada", ya que es ahí donde aumenta el riesgo de diabetes y dolencias cardiacas. "Desgraciadamente ambas van de la mano", añadió.
Tras este hallazgo, los científicos de la Universidad de Oxford aseguran que la investigación ahora deberá centrarse en estudiar los mecanismos por los que la grasa se acumula en las caderas con el objetivo de utilizar dicho mecanismo para diseñar nuevos fármacos que permitan redistribuir la grasa corporal y concentrarla en esta zona del cuerpo como medida preventiva de algunas enfermedades.
La Fundación Británica del Corazón ya ha manifestado su satisfacción por esta investigación ya que para Fotini Rozakeas, miembro de esta entidad, ayudará a comprender mejor cómo actúa la grasa del cuerpo y "permitirá abordar de forma distinta las enfermedades circulatorias y del corazón".
Igualmente, "si padeces sobrepeso, obesidad o tienes una cintura ancha, es importante que hagas cambios en tu estilo de vida, como alterar la dieta y hacer ejercicio con frecuencia, para ayudar a reducir los reisgos de enfermedades cardiovasculares", concluyó.
Según publica en el último número de la revista International Journal of Obesity, la grasa acumulada en las caderas ayuda a eliminar los lípidos dañinos y contiene agentes antiinflamatorios que evitan la obstrucción de las arterias, mientras que la que se acumula en las nalgas también resulta beneficiosa, "preferible a las cinturas gruesas, que no protegen en absoluto", explican los autores de la investigación.
Después de haber comprobado que la grasa de esta zona del cuerpo es "mucho más difícil" que la que rodea la cintura, algo que, "aunque pueda parecer un inconveniente, en realidad es positivo", según el director del estudio, Konstantinos Manolopoulos, en declaraciones a la BBC que recoge Ep, ya que cuando la grasa se desintegra fácilmente libera muchas citoquinas que a su vez provocan inflamaciones en el cuerpo.
De hecho, estas citoquinas siempre han sido relacionadas con la aparición de enfermedades cardiovasculares, la resistencia a insulina y diabetes. Además, han comprobado que la grasa de las caderas favorece la aparición de adiponectina, una hormona que protege a las arterias y promueve un mejor control del azúcar en sangre.
En la cintura no ayuda
Por todo ello, Manolopoulos asegura que "lo que importa es dónde está la grasa" y, de hecho, "cuanta más grasa se acumule en las caderas mejor, siempre y cuando la cintura permanezca delgada", ya que es ahí donde aumenta el riesgo de diabetes y dolencias cardiacas. "Desgraciadamente ambas van de la mano", añadió.
Tras este hallazgo, los científicos de la Universidad de Oxford aseguran que la investigación ahora deberá centrarse en estudiar los mecanismos por los que la grasa se acumula en las caderas con el objetivo de utilizar dicho mecanismo para diseñar nuevos fármacos que permitan redistribuir la grasa corporal y concentrarla en esta zona del cuerpo como medida preventiva de algunas enfermedades.
La Fundación Británica del Corazón ya ha manifestado su satisfacción por esta investigación ya que para Fotini Rozakeas, miembro de esta entidad, ayudará a comprender mejor cómo actúa la grasa del cuerpo y "permitirá abordar de forma distinta las enfermedades circulatorias y del corazón".
Igualmente, "si padeces sobrepeso, obesidad o tienes una cintura ancha, es importante que hagas cambios en tu estilo de vida, como alterar la dieta y hacer ejercicio con frecuencia, para ayudar a reducir los reisgos de enfermedades cardiovasculares", concluyó.
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lunes, 21 de septiembre de 2009
Adelgaza haciendo el amor
En medio de las miles de dietas que circulan en internet para perder kilos, el libro "Cómo adelgazar haciendo el amor" enseña cuántas calorías se gastan en una sesión sexual
¿Sabías que un orgasmo fingido gasta muchas más calorías que uno real? Mientras con el segundo sólo perdemos 27 calorías, el primero nos puede quitar 160 calorías de encima.
Esa es una de las conclusiones a las que llegó el escritor norteamericano Richard Smith, que se ha dedicado a estudiar el tema del sexo y el adelgazamiento.
Su audaz propuesta amenaza con desbancar a las típicas dietas basadas en la ingesta de calorías, por una que no se fija tanto en lo que comes, sino en cómo lo gastas.
“Cómo adelgazar haciendo el amor” es el título del libro donde Smith se da el trabajo de calcular cada caloría que se pierde en los juegos sexuales que describe.
Con sentido del humor, el escritor se adentra en el análisis calórico del acto sexual desde los “juegos previos” hasta el “después de”, pasando por toda una amplia gama intermedia que trata temas como: “hacer el amor en posturas inverosímiles, hacer el amor moviéndose, hacer el amor disfrazándose”, que corresponden a los nombres de algunos capítulos del libro.
Podemos comenzar con un tierno beso que nos dejará libres de 60 calorías en un dos por tres, para seguir desvistiendo a la pareja y de paso haciéndonos gastar unas 120 calorías.
Según el autor las caricias nos consumen otras 20, mientras que una relación sexual de unos 20 minutos de duración nos liberará de unas 150 calorías.
Ahora, hay actos más osados, pero que reportan una mayor pérdida de calorías. Por ejemplo, si a tu pareja le sacas la ropa contra su voluntad, Smith estima que se queman unas 187 calorías.
El procedimiento no es mágico. “Los movimientos pélvicos, el incremento de los latidos del corazón, la dilatación de los vasos sanguíneos de los genitales y el orgasmo gastan energía similar a cualquier otro ejercicio físico”, explica Smith.
La rutina de “ejercicios” dependerá de cuántas calorías quieras perder, pues los efectos varían según la duración de la relación sexual y el desempeño, o sea, las posiciones, los movimientos y la intensidad con que los realices.
Además, el método tiene otros beneficios. “El sexo levanta el ánimo y aleja de los vicios de la comida”, dice el autor norteamericano, gracias a las endorfinas que libera el organismo.
¿Cómo? Tener una buena sesión de sexo con tu pareja puede reemplazar las ansias por asaltar el refrigerador y comértelo todo, evitando subir de peso.
La única indicación es hacerlo por placer y disfrutarlo al máximo. "Hay que tener cuidado porque podemos lograr un efecto contrario al buscado.
En muchos casos, cuando el sexo es insatisfactorio, la persona, para compensar la carencia puede llegar a tener un mecanismo compulsivo de saciedad que puede ser el comer", enfatiza el autor.
(fuente/terra.com)
¿Sabías que un orgasmo fingido gasta muchas más calorías que uno real? Mientras con el segundo sólo perdemos 27 calorías, el primero nos puede quitar 160 calorías de encima.
Esa es una de las conclusiones a las que llegó el escritor norteamericano Richard Smith, que se ha dedicado a estudiar el tema del sexo y el adelgazamiento.
Su audaz propuesta amenaza con desbancar a las típicas dietas basadas en la ingesta de calorías, por una que no se fija tanto en lo que comes, sino en cómo lo gastas.
“Cómo adelgazar haciendo el amor” es el título del libro donde Smith se da el trabajo de calcular cada caloría que se pierde en los juegos sexuales que describe.
Con sentido del humor, el escritor se adentra en el análisis calórico del acto sexual desde los “juegos previos” hasta el “después de”, pasando por toda una amplia gama intermedia que trata temas como: “hacer el amor en posturas inverosímiles, hacer el amor moviéndose, hacer el amor disfrazándose”, que corresponden a los nombres de algunos capítulos del libro.
Podemos comenzar con un tierno beso que nos dejará libres de 60 calorías en un dos por tres, para seguir desvistiendo a la pareja y de paso haciéndonos gastar unas 120 calorías.
Según el autor las caricias nos consumen otras 20, mientras que una relación sexual de unos 20 minutos de duración nos liberará de unas 150 calorías.
Ahora, hay actos más osados, pero que reportan una mayor pérdida de calorías. Por ejemplo, si a tu pareja le sacas la ropa contra su voluntad, Smith estima que se queman unas 187 calorías.
El procedimiento no es mágico. “Los movimientos pélvicos, el incremento de los latidos del corazón, la dilatación de los vasos sanguíneos de los genitales y el orgasmo gastan energía similar a cualquier otro ejercicio físico”, explica Smith.
La rutina de “ejercicios” dependerá de cuántas calorías quieras perder, pues los efectos varían según la duración de la relación sexual y el desempeño, o sea, las posiciones, los movimientos y la intensidad con que los realices.
Además, el método tiene otros beneficios. “El sexo levanta el ánimo y aleja de los vicios de la comida”, dice el autor norteamericano, gracias a las endorfinas que libera el organismo.
¿Cómo? Tener una buena sesión de sexo con tu pareja puede reemplazar las ansias por asaltar el refrigerador y comértelo todo, evitando subir de peso.
La única indicación es hacerlo por placer y disfrutarlo al máximo. "Hay que tener cuidado porque podemos lograr un efecto contrario al buscado.
En muchos casos, cuando el sexo es insatisfactorio, la persona, para compensar la carencia puede llegar a tener un mecanismo compulsivo de saciedad que puede ser el comer", enfatiza el autor.
(fuente/terra.com)
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Reduzca sus medidas
¿Quiere disminuir esos kilos demás que ha subido durante el invierno y le cuesta mucho empezar esa sacrificada dieta? Recientemente, una nueva tecnología con sistema de láser inteligente ha llegado al Perú para eliminar los molestos rollos que le están impidiendo usar las prendas de vestir de esta temporada.
Se trata de la lipoescultura láser, una alternativa que derrite las células grasas acumuladas en ciertas zonas de nuestro cuerpo y actúa eficazmente sobre el tejido adiposo sin lesionar los vasos sanguíneos, ni la piel.
El procedimiento consiste en sedar levemente al paciente por un espacio de 40 minutos, mientras el láser produce la ruptura del tejido que permitirá la salida de la grasa de los espacios intercelulares hacia el exterior, comenta el médico Fernando Dejo, director de la Clínica Vitalia.
Asimismo, recalca que no es posible extraer toda la grasa corporal de una persona, pues existen límites definidos que los cirujanos pueden determinar en cada paciente. Para ello, se consideran variables como la edad, contextura, hábitos, entre otros.
Y a pesar de obtener resultados inmediatos, estos irán mejorando considerablemente luego de dos o tres semanas de realizado el tratamiento.
Se trata de la lipoescultura láser, una alternativa que derrite las células grasas acumuladas en ciertas zonas de nuestro cuerpo y actúa eficazmente sobre el tejido adiposo sin lesionar los vasos sanguíneos, ni la piel.
El procedimiento consiste en sedar levemente al paciente por un espacio de 40 minutos, mientras el láser produce la ruptura del tejido que permitirá la salida de la grasa de los espacios intercelulares hacia el exterior, comenta el médico Fernando Dejo, director de la Clínica Vitalia.
Asimismo, recalca que no es posible extraer toda la grasa corporal de una persona, pues existen límites definidos que los cirujanos pueden determinar en cada paciente. Para ello, se consideran variables como la edad, contextura, hábitos, entre otros.
Y a pesar de obtener resultados inmediatos, estos irán mejorando considerablemente luego de dos o tres semanas de realizado el tratamiento.
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Vinagre contra el sobrepeso
La última arma en la batalla contra la obesidad puede estar en tu cocina.
El vinagre casero, usado para hacer aderezos con aceite de oliva o pepinillos, aparece para activar a los genes que ayudan a combatir la grasa, de acuerdo con unos investigadores japoneses.
El vinagre siempre ha sido catalogado como tratamiento casero para curar caseros muchas enfermedades. La evidencia médica moderna poco a poco a ido dándole credibilidad a algunos de estos remedios.
En años recientes, la investigación sugiere que el principal químico del vinagre, llamado ácido acético, puede ayudar a controlar la presión en la sangre así como el azúcar.
Los resultados recientes sugieren que el vinagre puede ayudar a la persona a perder peso o combatir la obesidad.
Tomoo Kondo y sus colegas le proporcionaron ácido acético o agua a los ratones vía el tubo digestivo. Todos fueron previstos de una dieta alta en grasa que comieron de una forma normal.
Los investigadores encontraron que los ratones desarrollaron menos grasa en el cuerpo (hasta el 10 por ciento) que los roedores que no recibieron ningún componente de vinagre. La cantidad de comida que comieron los ratones no fue un factor determinante.
Se cree que el ácido acético activa los genes que producen proteínas que ayudan al cuerpo a combatir las grasas. Tal acción previene que se acumule la grasa en el cuerpo y combata el aumento de peso.
El vinagre casero, usado para hacer aderezos con aceite de oliva o pepinillos, aparece para activar a los genes que ayudan a combatir la grasa, de acuerdo con unos investigadores japoneses.
El vinagre siempre ha sido catalogado como tratamiento casero para curar caseros muchas enfermedades. La evidencia médica moderna poco a poco a ido dándole credibilidad a algunos de estos remedios.
En años recientes, la investigación sugiere que el principal químico del vinagre, llamado ácido acético, puede ayudar a controlar la presión en la sangre así como el azúcar.
Los resultados recientes sugieren que el vinagre puede ayudar a la persona a perder peso o combatir la obesidad.
Tomoo Kondo y sus colegas le proporcionaron ácido acético o agua a los ratones vía el tubo digestivo. Todos fueron previstos de una dieta alta en grasa que comieron de una forma normal.
Los investigadores encontraron que los ratones desarrollaron menos grasa en el cuerpo (hasta el 10 por ciento) que los roedores que no recibieron ningún componente de vinagre. La cantidad de comida que comieron los ratones no fue un factor determinante.
Se cree que el ácido acético activa los genes que producen proteínas que ayudan al cuerpo a combatir las grasas. Tal acción previene que se acumule la grasa en el cuerpo y combata el aumento de peso.
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El estrés saca barriga
Ya sabemos que el estrés es dañino para la salud, pero lo que pocos sabes es que es el culpable de esa odiosa grasa abdominal que tenemos las mujeres delgadas.
Aunque seas delgada, si sufres de estrés y/o problemas psicológicos, tienes más tendencia a desarrollar barriga por los altos niveles de cortisol que producen.
Según un estudio sobre el estrés de la Universidad de Yale, las mujeres con más grasa en el abdomen sufren muchos cambios de estado de ánimo y tienen altos niveles de estrés en su vida. La exposición a estos estímulos neurológicos, produce la reacción del cortisol, que trae como consecuencia la acumulación de grasa en el abdomen.
Si sufres de estrés crónico, también sientes grandes deseos de comer alimentos muy grasosos y dulces, que terminarán acumulándose en la barriga.
Ahora bien, la grasa abdominal no es solo un problema estético sino también de salud, en especial si pasas de los cuarenta años, producto de un estilo de vida sedentario, desbalance en los niveles de estrógeno y estrés crónico.
Por esto, es importante que todos días trates de dedicarle unos momentos al ejercicio, el cual logra relajarte, ponerte de buen ánimo y quemar esas calorías que no quieres que se acumulen en la barriga.
Aunque seas delgada, si sufres de estrés y/o problemas psicológicos, tienes más tendencia a desarrollar barriga por los altos niveles de cortisol que producen.
Según un estudio sobre el estrés de la Universidad de Yale, las mujeres con más grasa en el abdomen sufren muchos cambios de estado de ánimo y tienen altos niveles de estrés en su vida. La exposición a estos estímulos neurológicos, produce la reacción del cortisol, que trae como consecuencia la acumulación de grasa en el abdomen.
Si sufres de estrés crónico, también sientes grandes deseos de comer alimentos muy grasosos y dulces, que terminarán acumulándose en la barriga.
Ahora bien, la grasa abdominal no es solo un problema estético sino también de salud, en especial si pasas de los cuarenta años, producto de un estilo de vida sedentario, desbalance en los niveles de estrógeno y estrés crónico.
Por esto, es importante que todos días trates de dedicarle unos momentos al ejercicio, el cual logra relajarte, ponerte de buen ánimo y quemar esas calorías que no quieres que se acumulen en la barriga.
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Cacahuates, buenos para la dieta
MÉXICO (El Universal).- Conocido también como maní, el cacahuate es la semilla comestible de la planta arachis hypogaea. Aunque en algunos países se le conoce como nuez, en realidad es una legumbre que se cultiva en las regiones tropicales y subtropicales del mundo; crece bajo el suelo, dentro de una cáscara leñosa.
Además de ser delicioso, es una versátil fuente de nutrición, puede servir como botana ligera, acompañar alguna ensalada o bien ser el ingrediente principal de algún platillo o postre.
Aporta importantes beneficios a la salud. Contiene vitamina E, un antioxidante vital que protege del daño celular.
También contiene 19% de niancina, necesaria en más de 50 procesos que realiza el organismo. Es indispensable en la liberación de energía de los alimentos, ayuda a mantener una piel sana y a tener en buenas condiciones el sistema nervioso y el tracto digestivo.
El cacahuate contiene ácido fólico en 10%, importante para el desarrollo de nuevas células en el cuerpo, especialmente durante el crecimiento y el embarazo; tiamina en 8%, necesaria para asegurar el funcionamiento normal del sistema nervioso, el apetito y la digestión.
En menor porcentaje también aporta vitamina B6 en 4%, que produce y rompe las proteínas en el cuerpo y ayuda en la producción de glóbulos rojos, que transportan el oxígeno a todo el cuerpo; y riboflavina en 2%, que libera la energía de los alimentos y ayuda al funcionamiento normal de los ojos.
Algunas personas evitan consumirlos por su alto contenido energético; sin embargo, la mayor cantidad de esta grasa es monoinsaturada, igual a la que se encuentra en el aceite de oliva y en el aguacate.
Este tipo de grasa tiene la capacidad de reducir los triglicéridos y el colesterol malo, sin afectar el bueno. Además, gracias a que contiene este contenido energético y fibra, incrementa la sensación de saciedad hasta por dos horas, por lo que puede ser un apoyo en las dietas para bajar de peso.
---Helado de cacahuate
RINDE UN LITRO - Seis yemas de huevo - 3/4 de taza de azúcar - Dos tazas de leche - Dos tazas de crema de cacahuate - Dos tazas de crema para batir - Una cucharada de vainilla
60 MINUTOS DE PREPARACIÓN: Bate las yemas de huevo con el azúcar hasta que esponje. Calienta la leche e intégrala poco a poco a las yemas; calienta hasta que empiece a espesar, moviendo con una cuchara de madera; agrega la crema de cacahuate y retira del fuego. Bate de manera envolvente esta crema hasta formar picos; agrega la crema para batir hasta que se integre; incorpora la vainilla. Vacía en un molde de plástico, tapa y congela hasta que se endurezca.
Pollo con salsa amarilla de cacahuate
PARA 4 PORCIONES - Una 1/2 tazas de leche de coco - Una cucharada de salsa de soya - Una 1/2 cucharadas de curry en polvo - Una cucharadita de semillas de cilantro - Dos cucharaditas de fécula de maíz - Tres milanesas de pollo - 3/4 de taza de cacahuates con sal - Una cucharada de jugo de limón - Dos cucharadas de cilantro picado - Hojuelas de chile
45 MINUTOS DE PREPARACIÓN: Mezcla la leche de coco, la salsa de soya, el curry y las semillas de cilantro. Tapa y conserva en refrigeración. Vierte media taza de esta mezcla en un tazón y disuelve en ella la fécula de maíz. Corta el pollo en tiras y ensártalas en palitos para brocheta; marina y deja reposar por unos 15 minutos. En un sartén mezcla el resto de la salsa que reservaste con los cacahuates, el jugo de limón y las hojuelas de chile y revuelve constantemente. Refrigera unos minutos. Calienta una parrilla y cocina las brochetas por ambos lados, hasta que estén doradas. Añade el cilantro a la salsa y usa ésta para bañar las fajitas.
Además de ser delicioso, es una versátil fuente de nutrición, puede servir como botana ligera, acompañar alguna ensalada o bien ser el ingrediente principal de algún platillo o postre.
Aporta importantes beneficios a la salud. Contiene vitamina E, un antioxidante vital que protege del daño celular.
También contiene 19% de niancina, necesaria en más de 50 procesos que realiza el organismo. Es indispensable en la liberación de energía de los alimentos, ayuda a mantener una piel sana y a tener en buenas condiciones el sistema nervioso y el tracto digestivo.
El cacahuate contiene ácido fólico en 10%, importante para el desarrollo de nuevas células en el cuerpo, especialmente durante el crecimiento y el embarazo; tiamina en 8%, necesaria para asegurar el funcionamiento normal del sistema nervioso, el apetito y la digestión.
En menor porcentaje también aporta vitamina B6 en 4%, que produce y rompe las proteínas en el cuerpo y ayuda en la producción de glóbulos rojos, que transportan el oxígeno a todo el cuerpo; y riboflavina en 2%, que libera la energía de los alimentos y ayuda al funcionamiento normal de los ojos.
Algunas personas evitan consumirlos por su alto contenido energético; sin embargo, la mayor cantidad de esta grasa es monoinsaturada, igual a la que se encuentra en el aceite de oliva y en el aguacate.
Este tipo de grasa tiene la capacidad de reducir los triglicéridos y el colesterol malo, sin afectar el bueno. Además, gracias a que contiene este contenido energético y fibra, incrementa la sensación de saciedad hasta por dos horas, por lo que puede ser un apoyo en las dietas para bajar de peso.
---Helado de cacahuate
RINDE UN LITRO - Seis yemas de huevo - 3/4 de taza de azúcar - Dos tazas de leche - Dos tazas de crema de cacahuate - Dos tazas de crema para batir - Una cucharada de vainilla
60 MINUTOS DE PREPARACIÓN: Bate las yemas de huevo con el azúcar hasta que esponje. Calienta la leche e intégrala poco a poco a las yemas; calienta hasta que empiece a espesar, moviendo con una cuchara de madera; agrega la crema de cacahuate y retira del fuego. Bate de manera envolvente esta crema hasta formar picos; agrega la crema para batir hasta que se integre; incorpora la vainilla. Vacía en un molde de plástico, tapa y congela hasta que se endurezca.
Pollo con salsa amarilla de cacahuate
PARA 4 PORCIONES - Una 1/2 tazas de leche de coco - Una cucharada de salsa de soya - Una 1/2 cucharadas de curry en polvo - Una cucharadita de semillas de cilantro - Dos cucharaditas de fécula de maíz - Tres milanesas de pollo - 3/4 de taza de cacahuates con sal - Una cucharada de jugo de limón - Dos cucharadas de cilantro picado - Hojuelas de chile
45 MINUTOS DE PREPARACIÓN: Mezcla la leche de coco, la salsa de soya, el curry y las semillas de cilantro. Tapa y conserva en refrigeración. Vierte media taza de esta mezcla en un tazón y disuelve en ella la fécula de maíz. Corta el pollo en tiras y ensártalas en palitos para brocheta; marina y deja reposar por unos 15 minutos. En un sartén mezcla el resto de la salsa que reservaste con los cacahuates, el jugo de limón y las hojuelas de chile y revuelve constantemente. Refrigera unos minutos. Calienta una parrilla y cocina las brochetas por ambos lados, hasta que estén doradas. Añade el cilantro a la salsa y usa ésta para bañar las fajitas.
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martes, 8 de septiembre de 2009
Confirman que comer en la noche incide en la obesidad
Científicos de EEUU demostraron que tal como el organismo está programado para dormir durante la noche, también lo está para alimentarse solamente durante el día.
Así lo indica un estudio de la Universidad de North Westwern, publicado en la revista Obesity y que establece una asociación entre la hora en que se come y el aumento de peso.
EL ESTUDIO
Los investigadores analizaron a dos grupos de ratones por un período de seis semanas con horarios de alimentación diferentes, pero con el mismo tipo de dieta.
Al inicio, ambos grupos presentaban peso y actividad física similares. La única diferencia es que un grupo era alimentado normalmente durante un período de 12 horas en el día, mientras el otro era alimentado en la noche, cuando el otro grupo dormía.
Al término del período, el grupo de ratones que comía durante la noche había incrementado su peso en un 48%, versus un 20% del otro grupo.
LAS RAZONES
Fred Turek, uno de los autores de la investigación, indica que el comer en tiempos inapropiados modificaría el ritmo circadiano, encargado de organizar el ritmo de los procesos fisiológicos como el dormir, cambiando la reacción metabólica y favoreciendo la ganancia de peso.
"Nuestros cuerpos están naturalmente programados para comer durante ciertos momentos del día. Alimentarse en horas inapropiadas, como la noche, afecta la habilidad del cuerpo para mantener el balance energético", señala Turek.
Al comer en la noche, el cuerpo comienza a ocupar calorías en tiempos en que no debería, lo que causaría fluctuaciones en diversas hormonas, incluidas las que regulan el apetito, como la leptina y la grelina.
Evitar comer después de la cena sería una buena estrategia que no sólo evitaría el sobrepeso, sino que, además, disminuiría el riesgo de reflujo gastroesofágico y otros problemas digestivos.
Así lo indica un estudio de la Universidad de North Westwern, publicado en la revista Obesity y que establece una asociación entre la hora en que se come y el aumento de peso.
EL ESTUDIO
Los investigadores analizaron a dos grupos de ratones por un período de seis semanas con horarios de alimentación diferentes, pero con el mismo tipo de dieta.
Al inicio, ambos grupos presentaban peso y actividad física similares. La única diferencia es que un grupo era alimentado normalmente durante un período de 12 horas en el día, mientras el otro era alimentado en la noche, cuando el otro grupo dormía.
Al término del período, el grupo de ratones que comía durante la noche había incrementado su peso en un 48%, versus un 20% del otro grupo.
LAS RAZONES
Fred Turek, uno de los autores de la investigación, indica que el comer en tiempos inapropiados modificaría el ritmo circadiano, encargado de organizar el ritmo de los procesos fisiológicos como el dormir, cambiando la reacción metabólica y favoreciendo la ganancia de peso.
"Nuestros cuerpos están naturalmente programados para comer durante ciertos momentos del día. Alimentarse en horas inapropiadas, como la noche, afecta la habilidad del cuerpo para mantener el balance energético", señala Turek.
Al comer en la noche, el cuerpo comienza a ocupar calorías en tiempos en que no debería, lo que causaría fluctuaciones en diversas hormonas, incluidas las que regulan el apetito, como la leptina y la grelina.
Evitar comer después de la cena sería una buena estrategia que no sólo evitaría el sobrepeso, sino que, además, disminuiría el riesgo de reflujo gastroesofágico y otros problemas digestivos.
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Menos calorías, mejores digestiones
Terminan las vacaciones, quedan el moreno y los recuerdos. Pero, en muchos de nosotros quedan también unos kilitos de más ganados a base de despreocupación, ocio y felicidad; y un estómago quejica que exige atención: estas últimas semanas le hemos hecho trabajar no sólo más de lo habitual, sino también de lo conveniente. Los expertos en alimentación y salud de Consumer Eroski proponen una serie de medidas, sencillas, realistas y factibles, para atender sin dilación a estos dos frentes. Es decir, bajar esos kilos que en vacaciones distraídamente hemos incorporado a nuestro organismo y conseguir que el estómago y sus digestiones vuelvan a donde solían. Se trata de alimentarse mejor, de un modo más saludable. Pero también de comer un poco menos; o, al menos, de una manera más ordenada y consciente. ¿Cómo lograrlo? Aprendiendo a confeccionar platos con menos calorías, sin renunciar por ello al sabor de los alimentos ni a la variedad en los menús. Comer sano no equivale a comer de forma monótona o poco atractiva, ni -menos aún- equivale a limitarnos a ingerir alimentos 'light'. Consiste en adaptar recetas y procedimientos culinarios tradicionales o habituales, desde guisos, ensaladas, purés, y carnes, hasta pescados y postres, con el fin de hacerlos menos calóricos y más digestivos. No es tarea fácil: requiere esfuerzo y cierta dedicación, e incluso, en algunos casos, exige el cambio de ciertos hábitos culinarios. Pero puede hacerse, la comida va a seguir siendo sabrosa y apetecible y la recompensa merece la pena: perderemos un poco de peso y las digestiones serán menos pesadas. Los tres factores que se articularán para trasladar a nuestra vida cotidiana esta nueva estrategia son el tipo de alimento, la técnica culinaria elegida y los condimentos que se sirven como acompañamiento o guarnición. Son ellos, los tres, los responsables de que las recetas pierdan su inicial carácter saludable y se conviertan en platos con cantidades desproporcionadas de calorías, grasas, grasas saturadas, sal o azúcares. Las medidas que se ofrecen a continuación permiten en muchos casos eliminar cien o más calorías por plato, con lo que queda dicho todo.
ADIÓS A LAS FRITURAS, SALUDOS AL HORNO
La cocina sana pasa por el esmero en la selección de los alimentos y por aprovechar la estacionalidad de verduras, hortalizas, frutas y pescados de cada temporada, y no sólo porque son los más económicos, sino porque son más sabrosos. Pero también exige cierta habilidad gastronómica: el afán de elaborar recetas más ligeras y menos energéticas no debe llevarnos a abusar de la plancha y el hervido. Son muchas las prácticas culinarias que apenas requieren grasa o salsas contundentes y que permiten elaborar platos ligeros, deliciosos y exquisitos en presentación. El horno, sin ir más lejos, consigue un acabado similar al de la sartén pero evita las calorías que aporta la fritura. Las técnicas del empanado de la carne y el enharinado del pescado, tan arraigadas, aumentan considerablemente el aporte energético. Con el horno se consigue una receta menos calórica e igual de crujiente, sin que la carne o pescado se cubran de pan rallado o se pinten con huevo batido. Este truco sirve también para evitar el queso de gratinar, en exceso graso y calórico. Un plato para sacar partido al horno: calabaza, cebolla, tomate y champiñones asados y aliñados con una salsa de queso, media cucharadita de aceite de oliva y mostaza; 255 calorías por ración, cien menos que si se saltearan en la sartén.
MICROONDAS Y PAPILLOTE, SABOR SIN APENAS GRASA
Ambas son técnicas culinarias saludables, y apropiadas para cocinar carnes cortadas en tiras o pequeñas porciones de pescado, hortalizas carnosas como el calabacín, la berenjena, la calabaza, los champiñones o las setas; además, pueden también hacerse en el microondas y en papillote (envolver los alimentos en papel de aluminio y hornearlos), la patata u otros tubérculos como la yuca o el boniato. Aunque la función más utilizada del microondas es calentar y descongelar alimentos y platos ya cocinados, las ondas que emite actúan sobre las moléculas de agua del alimento generando al instante un calor que se propaga mediante conducción y lo termina cociendo. El valor nutritivo del alimento cocinado en microondas queda intacto, y evitamos (o reducimos) las grasas que otras técnicas requieren. Al igual que el microondas, el papillote exige poca preparación y escaso tiempo de cocción. Requiere que el alimento se envuelva en papel de horno, de aluminio o de estraza y se cocine en el horno a temperatura media. El alimento se cuece con el vapor que desprende y con su propio jugo, conservando su sabor, aroma y nutrientes, sin necesidad de añadir casi grasas. Es una cocción muy adecuada para quienes siguen dietas bajas en calorías. Los alimentos más apropiados para hacer papillote son las verduras de sabor pronunciado, como brécol o coliflor, y pescados como salmón, filetes de lenguado, merluza limpia de espinas y piel, trucha e, incluso, marisco como los mejillones; y carnes blancas, como pollo y pavo.
SEGUNDOS PLATOS: CALIDAD Y NO TANTA CANTIDAD
Los alimentos ricos en proteínas como carne, pescado y huevos son la piedra angular de los segundos platos en nuestra gastronomía. No hay por qué renunciar a ellos ni a su sabor, basta con preparar las comidas en cantidades menores y recurrir a técnicas con menos grasa. La principal medida cuando se come carne es reducir la cantidad de carne grasa y, en caso de consumirla, retirar la grasa visible. La carne a la que se han retirado las partes grasas aporta la mitad de calorías que la que se come tal cual. Una solución para comer carne con menos grasa es optar por las más magras: pollo, pavo y conejo. Una pechuga de pollo sin piel contiene tantas proteínas como un bistec y sólo una décima parte de la grasa, lo que se traduce en que aporta menos de la mitad de calorías. Una opción para no dejar de comer platos que contengan carne picada es reducir la cantidad de carne en las hamburguesas y albóndigas, e incorporar a la receta -cuando se elabora la masa- zanahoria rallada, cebolla, espinacas o setas. Así se reduce el consumo de hasta 40 gramos de carne roja por persona, unos 4,5 gramos de grasa, unas 90 calorías por plato.
El pescado y el marisco se pueden aligerar cocinados al vapor, hervidos o la parrilla; se exalta su sabor y apenas añaden grasa a unos alimentos que -a excepción del pescado azul- no son ricos en este nutriente. Siempre que se emplee pescado en conserva conviene elegirlo 'al natural', ya que el conservado en aceite aporta el doble de calorías: Si no, escurramos el contenido. Un pescado blanco o marisco aporta de media cien calorías menos que cualquier carne: mientras que una ración de rape al horno supone 130 calorías, una de chuleta de cerdo a la plancha representa 265 calorías.
ALIÑOS Y SALSAS
Especias, hierbas aromáticas y otros condimentos funcionan como aromatizantes y saborizantes que reducen la necesidad de sazonar los platos y de acompañarlos con salsas grasas. Un plato saludable puede arruinar sus ventajas dietéticas si se acompaña de una salsa muy calórica o un aliño e ingredientes grasos o muy salados. Dos cucharadas soperas de aceite aportan 200 kilocalorías, por lo que cambiar los aderezos de siempre por una salsa de yogur desnatado con un poco de mostaza, unas gotas de limón y estragón puede reducir el plato en 150 calorías. La salsa mimosa con zumo de limón, ajo, perejil y huevo troceado, también muy ligera, es apropiada para ensaladas de patatas, arroz o pasta. La omnipresente mayonesa se puede aligerar mezclando una parte de mayonesa con otra de yogur desnatado. Y si a la ensalada vegetal le añadimos pasta, aguacate, queso, aceitunas, bacon frito, maíz, uvas pasas, jamón u otros ingredientes energéticos, tengámoslo en cuenta: o convertimos la ensalada en plato único y pasamos directamente al postre, o la aligeramos drásticamente. No todas las ensaladas son iguales, hay que evaluar el aporte grasa y calorías de estas ensaladas 'ilustradas'.
PAN, BEBIDA Y POSTRE: NO BAJAR LA GUARDIA
La mejor bebida para una dieta hipocalórica es el agua. No obstante, se pueden utilizar zumos de frutas u hortalizas rebajados con hielo si son comerciales o, en el caso de tomar vino, hacerlo con un poco de gaseosa sin azúcar. En caso de que se beba cerveza o vino, disfrutemos de cada sorbo y reduzcamos todo lo posible la cantidad ingerida. No es tan difícil, se trata de beber conscientemente, paladeando cada trago y no de modo inconsciente, como si no nos fuera nada en ello. Los refrescos hay que evitarlos en la comida pero, en su caso, siempre mejor en su versión 'light'. El pan es otro alimento a vigilar. Aunque es necesario en nuestra dieta, con emplearlo como complemento es suficiente: hay gente que come demasiado pan. Si sustituimos el pan blanco por el integral no reduciremos el aporte calórico pero sí consumimos más fibra, lo que puede ayudar (además de a combatir el estreñimiento) a que nos sintamos más saciados y, así, comamos menos. Las frutas son la mejor elección para postre: frescas, asadas, en sorbetes, con yogur desnatado, en compota... Además, usar las frutas para añadir dulzor a los postres es una forma muy saludable de eliminar de la dieta algunas de las tentaciones gastronómicas más calóricas, como mousses, helados y tartas.
ADIÓS A LAS FRITURAS, SALUDOS AL HORNO
La cocina sana pasa por el esmero en la selección de los alimentos y por aprovechar la estacionalidad de verduras, hortalizas, frutas y pescados de cada temporada, y no sólo porque son los más económicos, sino porque son más sabrosos. Pero también exige cierta habilidad gastronómica: el afán de elaborar recetas más ligeras y menos energéticas no debe llevarnos a abusar de la plancha y el hervido. Son muchas las prácticas culinarias que apenas requieren grasa o salsas contundentes y que permiten elaborar platos ligeros, deliciosos y exquisitos en presentación. El horno, sin ir más lejos, consigue un acabado similar al de la sartén pero evita las calorías que aporta la fritura. Las técnicas del empanado de la carne y el enharinado del pescado, tan arraigadas, aumentan considerablemente el aporte energético. Con el horno se consigue una receta menos calórica e igual de crujiente, sin que la carne o pescado se cubran de pan rallado o se pinten con huevo batido. Este truco sirve también para evitar el queso de gratinar, en exceso graso y calórico. Un plato para sacar partido al horno: calabaza, cebolla, tomate y champiñones asados y aliñados con una salsa de queso, media cucharadita de aceite de oliva y mostaza; 255 calorías por ración, cien menos que si se saltearan en la sartén.
MICROONDAS Y PAPILLOTE, SABOR SIN APENAS GRASA
Ambas son técnicas culinarias saludables, y apropiadas para cocinar carnes cortadas en tiras o pequeñas porciones de pescado, hortalizas carnosas como el calabacín, la berenjena, la calabaza, los champiñones o las setas; además, pueden también hacerse en el microondas y en papillote (envolver los alimentos en papel de aluminio y hornearlos), la patata u otros tubérculos como la yuca o el boniato. Aunque la función más utilizada del microondas es calentar y descongelar alimentos y platos ya cocinados, las ondas que emite actúan sobre las moléculas de agua del alimento generando al instante un calor que se propaga mediante conducción y lo termina cociendo. El valor nutritivo del alimento cocinado en microondas queda intacto, y evitamos (o reducimos) las grasas que otras técnicas requieren. Al igual que el microondas, el papillote exige poca preparación y escaso tiempo de cocción. Requiere que el alimento se envuelva en papel de horno, de aluminio o de estraza y se cocine en el horno a temperatura media. El alimento se cuece con el vapor que desprende y con su propio jugo, conservando su sabor, aroma y nutrientes, sin necesidad de añadir casi grasas. Es una cocción muy adecuada para quienes siguen dietas bajas en calorías. Los alimentos más apropiados para hacer papillote son las verduras de sabor pronunciado, como brécol o coliflor, y pescados como salmón, filetes de lenguado, merluza limpia de espinas y piel, trucha e, incluso, marisco como los mejillones; y carnes blancas, como pollo y pavo.
SEGUNDOS PLATOS: CALIDAD Y NO TANTA CANTIDAD
Los alimentos ricos en proteínas como carne, pescado y huevos son la piedra angular de los segundos platos en nuestra gastronomía. No hay por qué renunciar a ellos ni a su sabor, basta con preparar las comidas en cantidades menores y recurrir a técnicas con menos grasa. La principal medida cuando se come carne es reducir la cantidad de carne grasa y, en caso de consumirla, retirar la grasa visible. La carne a la que se han retirado las partes grasas aporta la mitad de calorías que la que se come tal cual. Una solución para comer carne con menos grasa es optar por las más magras: pollo, pavo y conejo. Una pechuga de pollo sin piel contiene tantas proteínas como un bistec y sólo una décima parte de la grasa, lo que se traduce en que aporta menos de la mitad de calorías. Una opción para no dejar de comer platos que contengan carne picada es reducir la cantidad de carne en las hamburguesas y albóndigas, e incorporar a la receta -cuando se elabora la masa- zanahoria rallada, cebolla, espinacas o setas. Así se reduce el consumo de hasta 40 gramos de carne roja por persona, unos 4,5 gramos de grasa, unas 90 calorías por plato.
El pescado y el marisco se pueden aligerar cocinados al vapor, hervidos o la parrilla; se exalta su sabor y apenas añaden grasa a unos alimentos que -a excepción del pescado azul- no son ricos en este nutriente. Siempre que se emplee pescado en conserva conviene elegirlo 'al natural', ya que el conservado en aceite aporta el doble de calorías: Si no, escurramos el contenido. Un pescado blanco o marisco aporta de media cien calorías menos que cualquier carne: mientras que una ración de rape al horno supone 130 calorías, una de chuleta de cerdo a la plancha representa 265 calorías.
ALIÑOS Y SALSAS
Especias, hierbas aromáticas y otros condimentos funcionan como aromatizantes y saborizantes que reducen la necesidad de sazonar los platos y de acompañarlos con salsas grasas. Un plato saludable puede arruinar sus ventajas dietéticas si se acompaña de una salsa muy calórica o un aliño e ingredientes grasos o muy salados. Dos cucharadas soperas de aceite aportan 200 kilocalorías, por lo que cambiar los aderezos de siempre por una salsa de yogur desnatado con un poco de mostaza, unas gotas de limón y estragón puede reducir el plato en 150 calorías. La salsa mimosa con zumo de limón, ajo, perejil y huevo troceado, también muy ligera, es apropiada para ensaladas de patatas, arroz o pasta. La omnipresente mayonesa se puede aligerar mezclando una parte de mayonesa con otra de yogur desnatado. Y si a la ensalada vegetal le añadimos pasta, aguacate, queso, aceitunas, bacon frito, maíz, uvas pasas, jamón u otros ingredientes energéticos, tengámoslo en cuenta: o convertimos la ensalada en plato único y pasamos directamente al postre, o la aligeramos drásticamente. No todas las ensaladas son iguales, hay que evaluar el aporte grasa y calorías de estas ensaladas 'ilustradas'.
PAN, BEBIDA Y POSTRE: NO BAJAR LA GUARDIA
La mejor bebida para una dieta hipocalórica es el agua. No obstante, se pueden utilizar zumos de frutas u hortalizas rebajados con hielo si son comerciales o, en el caso de tomar vino, hacerlo con un poco de gaseosa sin azúcar. En caso de que se beba cerveza o vino, disfrutemos de cada sorbo y reduzcamos todo lo posible la cantidad ingerida. No es tan difícil, se trata de beber conscientemente, paladeando cada trago y no de modo inconsciente, como si no nos fuera nada en ello. Los refrescos hay que evitarlos en la comida pero, en su caso, siempre mejor en su versión 'light'. El pan es otro alimento a vigilar. Aunque es necesario en nuestra dieta, con emplearlo como complemento es suficiente: hay gente que come demasiado pan. Si sustituimos el pan blanco por el integral no reduciremos el aporte calórico pero sí consumimos más fibra, lo que puede ayudar (además de a combatir el estreñimiento) a que nos sintamos más saciados y, así, comamos menos. Las frutas son la mejor elección para postre: frescas, asadas, en sorbetes, con yogur desnatado, en compota... Además, usar las frutas para añadir dulzor a los postres es una forma muy saludable de eliminar de la dieta algunas de las tentaciones gastronómicas más calóricas, como mousses, helados y tartas.
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¡Resta calorías a tu dieta!
Si has pecado en exceso durante el verano, ha llegado el momento de redimirte. A continuación, te ofrecemos 45 trucos para que puedas eliminar 100 calorías con cada uno, de forma rápida y sin apenas esfuerzo. Es más sencillo de lo que parece.
...en el desayuno
1. Reemplaza el bollo o el cruasán por una tostada de pan integral con mermelada de fresa o de kiwi.
2. Mejor dos tazas de café solo o un expreso, que un café con leche.
3. Olvida el zumo de naranja de bote y pásate al natural.
4. Si tomas salchichas, reemplázalas por pavo.
5. Pasa el muesli de un tazón grande a una taza mediana.
6. Cambia el yogur cremoso por uno con fibra.
7. Puedes tomar crepes o tostadas, pero sin mantequilla.
...durante el almuerzo
8. Quita el queso curado del bocadillo. Es demasiado graso.
9. Reemplaza la mahonesa del sándwich por mostaza. Son 80 calorías menos por cada cuchara sopera.
10. Renuncia a los picatostes de la ensalada César.
11. A la hora de pedir una pizza, elige la porción con queso en lugar de la de carne picada o chorizo.
12. El té o el café, siempre sin azúcar.
13. La ensalada de pollo, acompáñala con pan de pita en vez de con un bollo de pan blanco.
14. A la crema de calabacín o zanahoria, no le añadas nata.
...para el postre
15. El borde de la tarta, ni lo mires. Junto con el fondo, son la parte más calórica de los alimentos horneados.
16. Cuando tomes un postre con cacao, no llenes todo el bol, 3/4 son suficientes.
17. ¿Has probado la gelatina en lugar del flan? La textura es similar, aporta muchas vitaminas y es más ligera.
18. Cambia dos galletas con virutas de chocolate (chips) por cinco de fibra o tres de mantequilla.
...cuando comes fuera
19. Si tomas pasta, la salsa debe ser marinera o vinagreta.
20. Complace tu instinto carnívoro con ternera a la plancha y no con una lasaña de carne.
21. Las patatas, hervidas o al horno. Despídete por unos días del puré y de las fritas.
22. Evita los platos rebozados. La harina y el pan rallado no sólo añaden calorías, sino que además, absorben más aceite.
23. Si decides ir a un restaurante oriental, pide sashimi o tempura. No te dejes tentar por los rollitos de primavera
. ...en una hamburguesería
24. Siempre es mejor la hamburguesa con queso que la de un cuarto de libra.
25. Reduce el tamaño de tu bebida y échale mucho hielo para conseguir que el líquido quede más diluido.
26. Si tienes opción, elige siempre la carne a la parrilla. Pide un emparedado de pollo asado en lugar de frito.
27. Aunque son una tentación irresistible y es muy difícil prescindir de ellas en los sitios de comida rápida, evita las patatas fritas. Elige una ensalada en su lugar.
28. El café, con leche desnatada y sin vainilla ni caramelo. ...para el tentempié
29. Retira el líquido de las frutas en almíbar y pásalas por agua.
30. Mejor 12 uvas frescas que un puñado de uvas pasas.
31. Si lo que necesitas es tomar algo crujiente, reemplaza las patatas fritas por unas zanahorias bien frías.
32. Si lo que te gustan son las bebidas gaseosas, prueba a sustituirlas por el agua con gas en lugar de los refrescos.
...al ir de copas
33. Pide una copa de vino en lugar de dos dobles de cerveza.
34. El “cubata”, siempre en un vaso de tubo. Los camareros vierten un 20% menos de líquido en los vasos altos.
35. ¿Quieres un cóctel? Elígelo con hielo en lugar de con zumos con azúcar añadido o jarabes.
36. Decántate por el daiquiri en lugar de la piña colada.
37. Tómate un vaso de agua entre bebidas.
38. Si no puedes evitar picar unas patatas fritas o unos nachos, por lo menos pasa del guacamole.
39. Asimismo, la almendra es muy calórica. Mejor pica castañas
. ...en la cocina
40. Si vas a prepara una salsa de yogur para la ensalada, que sea desnatado.
41. Emplea caldo de pollo en lugar de aceite para saltear la carne.
42. ¿Estás haciendo un bizcocho casero? Resta automáticamente 50 g de mantequilla a la receta.
43. Si una receta necesita huevos, usa sólo la clara.
44. Cuando hagas albóndigas o hamburguesas, reemplaza la mitad de la carne de cerdo por pavo.
45. Las conservas, mejor al natural que en aceite vegetal.
...en el desayuno
1. Reemplaza el bollo o el cruasán por una tostada de pan integral con mermelada de fresa o de kiwi.
2. Mejor dos tazas de café solo o un expreso, que un café con leche.
3. Olvida el zumo de naranja de bote y pásate al natural.
4. Si tomas salchichas, reemplázalas por pavo.
5. Pasa el muesli de un tazón grande a una taza mediana.
6. Cambia el yogur cremoso por uno con fibra.
7. Puedes tomar crepes o tostadas, pero sin mantequilla.
...durante el almuerzo
8. Quita el queso curado del bocadillo. Es demasiado graso.
9. Reemplaza la mahonesa del sándwich por mostaza. Son 80 calorías menos por cada cuchara sopera.
10. Renuncia a los picatostes de la ensalada César.
11. A la hora de pedir una pizza, elige la porción con queso en lugar de la de carne picada o chorizo.
12. El té o el café, siempre sin azúcar.
13. La ensalada de pollo, acompáñala con pan de pita en vez de con un bollo de pan blanco.
14. A la crema de calabacín o zanahoria, no le añadas nata.
...para el postre
15. El borde de la tarta, ni lo mires. Junto con el fondo, son la parte más calórica de los alimentos horneados.
16. Cuando tomes un postre con cacao, no llenes todo el bol, 3/4 son suficientes.
17. ¿Has probado la gelatina en lugar del flan? La textura es similar, aporta muchas vitaminas y es más ligera.
18. Cambia dos galletas con virutas de chocolate (chips) por cinco de fibra o tres de mantequilla.
...cuando comes fuera
19. Si tomas pasta, la salsa debe ser marinera o vinagreta.
20. Complace tu instinto carnívoro con ternera a la plancha y no con una lasaña de carne.
21. Las patatas, hervidas o al horno. Despídete por unos días del puré y de las fritas.
22. Evita los platos rebozados. La harina y el pan rallado no sólo añaden calorías, sino que además, absorben más aceite.
23. Si decides ir a un restaurante oriental, pide sashimi o tempura. No te dejes tentar por los rollitos de primavera
. ...en una hamburguesería
24. Siempre es mejor la hamburguesa con queso que la de un cuarto de libra.
25. Reduce el tamaño de tu bebida y échale mucho hielo para conseguir que el líquido quede más diluido.
26. Si tienes opción, elige siempre la carne a la parrilla. Pide un emparedado de pollo asado en lugar de frito.
27. Aunque son una tentación irresistible y es muy difícil prescindir de ellas en los sitios de comida rápida, evita las patatas fritas. Elige una ensalada en su lugar.
28. El café, con leche desnatada y sin vainilla ni caramelo. ...para el tentempié
29. Retira el líquido de las frutas en almíbar y pásalas por agua.
30. Mejor 12 uvas frescas que un puñado de uvas pasas.
31. Si lo que necesitas es tomar algo crujiente, reemplaza las patatas fritas por unas zanahorias bien frías.
32. Si lo que te gustan son las bebidas gaseosas, prueba a sustituirlas por el agua con gas en lugar de los refrescos.
...al ir de copas
33. Pide una copa de vino en lugar de dos dobles de cerveza.
34. El “cubata”, siempre en un vaso de tubo. Los camareros vierten un 20% menos de líquido en los vasos altos.
35. ¿Quieres un cóctel? Elígelo con hielo en lugar de con zumos con azúcar añadido o jarabes.
36. Decántate por el daiquiri en lugar de la piña colada.
37. Tómate un vaso de agua entre bebidas.
38. Si no puedes evitar picar unas patatas fritas o unos nachos, por lo menos pasa del guacamole.
39. Asimismo, la almendra es muy calórica. Mejor pica castañas
. ...en la cocina
40. Si vas a prepara una salsa de yogur para la ensalada, que sea desnatado.
41. Emplea caldo de pollo en lugar de aceite para saltear la carne.
42. ¿Estás haciendo un bizcocho casero? Resta automáticamente 50 g de mantequilla a la receta.
43. Si una receta necesita huevos, usa sólo la clara.
44. Cuando hagas albóndigas o hamburguesas, reemplaza la mitad de la carne de cerdo por pavo.
45. Las conservas, mejor al natural que en aceite vegetal.
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La piña lo tiene todo para mejorar tu salud
Pensar en un alimento sabroso, refrescante, con pocas calorías y que aporte muchos nutrimentos parece una idea ambiciosa, pero no lo es. La piña es eso y mucho más.
También conocida en algunos países como ananá, la piña es una planta de la familia de las bromeliáceas, proveniente de América del Sur. De hojas duras y lanceoladas hasta de un metro de largo, da frutos una vez cada dos años.
De pulpa fragante y dulce, es una fruta de alto contenido de minerales, como sodio, potasio, calcio, magnesio, hierro y el manganeso, que la convierten en una importante fuente de antioxidantes para las personas, los cuales neutralizan los radicales libres y reducen el proceso de envejecimiento celular.
Esta capacidad antioxidante ayuda a que se eliminen sustancias tóxicas del organismo; por ejemplo, los nitritos y nitratos presentes en productos cárnicos preparados y embutidos.
Salud para todos
La presencia de manganeso ayuda al crecimiento de los recién nacidos y está relacionado con la formación de los huesos. Aporta al organismo vitaminas A, C, K, B6 y B9, por lo que puede está indicada para mujeres embarazadas o que planean embarazarse.
Contribuye a mejorar la visión y ejercer como función preventiva ante la aparición de cataratas o glaucoma.
Reduce las complicaciones derivadas de la diabetes tipo II; disminuye los niveles de tensión arterial y previene la aparición de enfermedades vasculares; tiene propiedades antihistamínicas, por lo que es utilizada en tratamientos antialérgicos; ayuda a prevenir o disminuir afecciones de la piel como eccemas o psoriasis; es cicatrizante de heridas.
Mejora el estreñimiento por sus propiedades laxantes; repara y mantiene cartílagos, huesos y dientes.
Además de ser un alimento altamente antioxidante y saludable, tiene otras bondades, como ser bajo en carbohidratos y calorías (menos del .33% de la ingesta diaria). Asimismo entre sus componentes se encuentra la bromelina, la cual es una enzima que ayuda a la asimilación de nutrientes y a la digestión.
Es un alimento saciante y diurético por su alto contenido en agua; es un alimento laxante, gracias a su fibra; ayuda a bajar el colesterol y los triglicéridos.
En México, los estados que son reconocidos por su producción y comercialización son Campeche, Chiapas, Colima, Guerrero, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.
También conocida en algunos países como ananá, la piña es una planta de la familia de las bromeliáceas, proveniente de América del Sur. De hojas duras y lanceoladas hasta de un metro de largo, da frutos una vez cada dos años.
De pulpa fragante y dulce, es una fruta de alto contenido de minerales, como sodio, potasio, calcio, magnesio, hierro y el manganeso, que la convierten en una importante fuente de antioxidantes para las personas, los cuales neutralizan los radicales libres y reducen el proceso de envejecimiento celular.
Esta capacidad antioxidante ayuda a que se eliminen sustancias tóxicas del organismo; por ejemplo, los nitritos y nitratos presentes en productos cárnicos preparados y embutidos.
Salud para todos
La presencia de manganeso ayuda al crecimiento de los recién nacidos y está relacionado con la formación de los huesos. Aporta al organismo vitaminas A, C, K, B6 y B9, por lo que puede está indicada para mujeres embarazadas o que planean embarazarse.
Contribuye a mejorar la visión y ejercer como función preventiva ante la aparición de cataratas o glaucoma.
Reduce las complicaciones derivadas de la diabetes tipo II; disminuye los niveles de tensión arterial y previene la aparición de enfermedades vasculares; tiene propiedades antihistamínicas, por lo que es utilizada en tratamientos antialérgicos; ayuda a prevenir o disminuir afecciones de la piel como eccemas o psoriasis; es cicatrizante de heridas.
Mejora el estreñimiento por sus propiedades laxantes; repara y mantiene cartílagos, huesos y dientes.
Además de ser un alimento altamente antioxidante y saludable, tiene otras bondades, como ser bajo en carbohidratos y calorías (menos del .33% de la ingesta diaria). Asimismo entre sus componentes se encuentra la bromelina, la cual es una enzima que ayuda a la asimilación de nutrientes y a la digestión.
Es un alimento saciante y diurético por su alto contenido en agua; es un alimento laxante, gracias a su fibra; ayuda a bajar el colesterol y los triglicéridos.
En México, los estados que son reconocidos por su producción y comercialización son Campeche, Chiapas, Colima, Guerrero, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.
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