lunes, 12 de marzo de 2012

Carnes rojas y blancas: beneficios y peligros

La carne es un alimento importante en nuestra dieta por sus propiedades: un alto contenido en proteínas de buena calidad y el aporte de vitaminas y minerales. Pero no todas son igual de beneficiosas para la salud ni deben comerse con la misma frecuencia.

Mientras que las carnes blancas son menos grasas y pueden consumirse unas 3 ó 4 veces a la semana, «las rojas, por su alto contenido en grasas saturadas, no deberían tomarse más de dos veces al mes», asegura a ABC.es la nutricionista María José Ibáñez, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas del País Vasco y miembro de AED-N.

Las consideradas carnes blancas son el pollo, el pavo y el conejo. Entre las rojas, que tienen más hierro, se encuentran la vaca, el buey y el toro. Pero también, aunque sean menos consumidas, entran en este grupo las vísceras, la carne de caza y la de caballo y embutidos como el chorizo y el salchichón.

En el caso del cordero y el cerdo, su clasificación «depende de la edad del animal», explica Ibáñez. Las piezas de animales jóvenes, más claras, se consideran blancas, y las de adultos, de tono más oscuro, rojas.

«Por su alto contenido en hierro, la carne roja resulta interesante para prevenir la anemia, sin embargo, también son ricas en purinas, por lo que su consumo excesivo se relaciona con la aparición de gota», advierte la nutricionista, que recomienda consumirlas con moderación por su «alto contenido en grasas saturadas». «Un elevado consumo de este tipo de grasas se relaciona con la obesidad y las enfermedades cardiovasculares», concluye.

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