Reportaje especial EFE — Nadie pone en duda las ventajas para la salud física y mental de hacer gimnasia o deporte de manera regular, y la actividad física figura de manera habitual en las recomendaciones médicas que se efectúan para prevenir o mejorar infinidad de dolencias.
Pero la falta de tiempo o de motivación, o el estresante y frenético ritmo de vida que a veces deja algún tiempo para el ocio, hacen que muchas veces acudir al gimnasio se convierta en poco menos que una “misión imposible”.
Para mantenerte a gusto con tu imagen, mejorar tu forma física y aumentar tu consumo de calorías sólo te hace falta dedicar unos treinta minutos a tu cuerpo y prestar atención a cómo lo utilizas, mientras realizas algunas sencillas tareas en tu casa o en el trabajo.
¿Sabías que en una hora puedes gastar 120 calorías cantando, 145 calorías planchando, 150 calorías limpiando los cristales o conduciendo el coche, 165 calorías barriendo los suelos, 180 calorías paseando el perro o ¡1000 calorías subiendo las escaleras?. Hay muchas maneras de quemar energía.
Son pequeñas dosis de movimiento, que no implican una rutina severa ni tediosa, pero que te ayudan a tonificar la musculatura, mantenerte delgada, mejorar tu salud circulatoria y reducir tu grasa corporal, cuyo exceso está en el origen de numerosas enfermedades, desde la diabetes hasta algunos cánceres.
De paso, tu estado de ánimo y autoestima también se elevarán, no sólo por efecto de la actividad física, sino porque sabes que a pesar de todos los inconvenientes te estás cuidando.
Además, el efecto de esta “gimnasia sin gimnasio” es acumulativo, por lo que no es necesario hacer todos los ejercicios de una vez, sino que pueden repartirse a lo largo de la jornada.
Si realizas estas actividades a lo largo del día pronto notarás sus beneficios. En unas pocas semanas comprobarás que algunas prendas que te iban ajustadas ya te sientan mejor y que te encuentras con más energía y agilidad para moverte.
Muévete al levantarte. En lugar de “saltar de la cama” como un autómata por las mañanas, pon el despertador unos minutos antes, despiértate y quédate en ella.
Aprovecha ese tiempo para mover los pies hacia arriba y abajo y para dibujar círculos en el sentido de las agujas del reloj y en la dirección contraria. También puedes agarrar tus rodillas con las manos, acercarlas a tu torso y retenerlas en esa posición 10 segundos. En total dedica un par de minutos a estos “ejercicios de dormitorio”.
Rumbo a la oficina. Si tienes que viajar al trabajo en tren metro o autobús, bájate un par de paradas antes de lo usual, y prosigue el trayecto a pie, caminando a paso ligero y contrayendo la barriga. Mientras esperas a que llegue el transporte público, también puedes cargar el peso de tu cuerpo en una y otra pierna, alternativamente. Diez minutos diarios de esta gimnasia callejera te ayuda a tonificar los muslos y piernas.
En el trabajo. Si trabajas sentada, estira primero una pierna y después la otra hacia delante y por debajo de la mesa, estirando los dedos del pie y manteniendo la posición unos segundos. Si estás de pie, junta las piernas y contrae los glúteos durante 10 segundos, ó alza los talones lo máximo que pueda y aguanta un poco. Puedes dedicar 10 minutos a este “entrenamiento laboral”.
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