Científicos de EEUU demostraron que tal como el organismo está programado para dormir durante la noche, también lo está para alimentarse solamente durante el día.
Así lo indica un estudio de la Universidad de North Westwern, publicado en la revista Obesity y que establece una asociación entre la hora en que se come y el aumento de peso.
EL ESTUDIO
Los investigadores analizaron a dos grupos de ratones por un período de seis semanas con horarios de alimentación diferentes, pero con el mismo tipo de dieta.
Al inicio, ambos grupos presentaban peso y actividad física similares. La única diferencia es que un grupo era alimentado normalmente durante un período de 12 horas en el día, mientras el otro era alimentado en la noche, cuando el otro grupo dormía.
Al término del período, el grupo de ratones que comía durante la noche había incrementado su peso en un 48%, versus un 20% del otro grupo.
LAS RAZONES
Fred Turek, uno de los autores de la investigación, indica que el comer en tiempos inapropiados modificaría el ritmo circadiano, encargado de organizar el ritmo de los procesos fisiológicos como el dormir, cambiando la reacción metabólica y favoreciendo la ganancia de peso.
"Nuestros cuerpos están naturalmente programados para comer durante ciertos momentos del día. Alimentarse en horas inapropiadas, como la noche, afecta la habilidad del cuerpo para mantener el balance energético", señala Turek.
Al comer en la noche, el cuerpo comienza a ocupar calorías en tiempos en que no debería, lo que causaría fluctuaciones en diversas hormonas, incluidas las que regulan el apetito, como la leptina y la grelina.
Evitar comer después de la cena sería una buena estrategia que no sólo evitaría el sobrepeso, sino que, además, disminuiría el riesgo de reflujo gastroesofágico y otros problemas digestivos.
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