Tener la costumbre de consumir al menos dos litros de agua por día es esencial para bajar de peso.
Hay estudios que comprueban que al aumentar el consumo de agua los depósitos de grasa disminuyen. Esto sucede porque los riñones no pueden funcionar bien sin suficiente agua. Cuando no pueden funcionar adecuadamente, pasan parte del trabajo al hígado, que es el encargado de metabolizar la grasa para convertirla en energía. El hígado al tener que hacer el trabajo de los riñones, no puede metabolizar toda la grasa, entonces queda almacenada en el cuerpo. Así, ¡es muy difícil perder peso!
Además, el agua ayuda a mantener el tono muscular. Al prevenir la deshidratación, le da a los músculos su habilidad natural para contraerse.
Beber buenas cantidades de agua ayudará también a eliminar toxinas y aliviar el estreñimiento. Cuando se adelgaza el agua proporcionará un ambiente adecuado para la eliminación de toxinas, además de ayudar a un buen funcionamiento intestinal.
Además, el agua es muy útil para evitar la retención de líquidos (hace que tus pies y manos estén hinchados). Al consumir poco agua el cuerpo toma esto como una amenaza a su supervivencia y empieza a almacenar cada gota. Simplemente es necesario beber suficiente agua, teniendo en cuenta que una persona con sobrepeso necesitará más agua que una persona delgada.
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