El consumo de mucha grasa en la niñez puede entorpecer el desarrollo mental, según parecen indicar los resultados de una serie de experimentos llevados a cabo por científicos canadienses.
Desde hace mucho se cree que las personas mayores con problemas de endurecimiento de sus arterias coronarias debido a la falta de una alimentación adecuada y al hábito de fumar corren el riesgo de que sus capacidades cognitivas disminuyan, pues los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro también se llenan de grasa.
Sin embargo, los experimentos realizados con ratas jóvenes de laboratorio por Gordon Winocur y Carol Greenwood, del Centro de Atención Geriátrica de Baycrest, Toronto, sugieren que comer alimentos con altos niveles de grasa igualmente puede causar pérdida de memoria en los jóvenes.
A un grupo de animales de un mes de edad se le dio una dieta normal para ratas de laboratorio, que contiene un 10% de grasa, y a otro una dieta rica en grasas vegetales o animales.
Las ratas gordas
Las ratas del segundo grupo obtenían el 40% de sus calorías a partir de la grasa, aunque su dieta no contenía una cantidad de calorías mayor que la del otro grupo.
Varios meses después - que en la vida de una rata equivale a la adolescencia humana - se les hizo una serie de pruebas para evaluar sus niveles de aprendizaje.
El desafío consistía en que aprendieran que al apretar una palanca la segunda vez que se les mostraba, se les premiaba con una píldora alimenticia.
Para eso, tenían que recordar si habían apretado o no la palanca la última vez que recibieron su recompensa, hasta 80 segundos antes.
Algunas de las ratas, la mayoría de ellas del grupo que consumía poca grasa, aprendieron rápidamente que no valía la pena apretar la palanca cada vez que la veían.
Problemas de memoria
Las otras, según dijo Winocur a la revista New Scientist, tenían sus capacidades de memoria notablemente disminuidas.
"Las dietas con alto contenido de grasa disminuyen el desempeño en casi todas nuestras mediciones", afirmó.
Aunque los resultados tal vez no sean directamente aplicables al desarrollo del cerebro humano, que es mucho más complejo, podrían aumentar la preocupación de los especialistas en nutrición.
Muchos niños obtienen el 40% de sus calorías a partir de la grasa, cuya mayor parte proviene de alimentos de baja calidad como hamburguesas, papas fritas y pizzas.
Winocur opina que la grasa no permite que el cerebro obtenga toda la glucosa que necesita para desarrollarse adecuadamente.
También cree que el cerebro de los jóvenes puede ser más susceptible a estos problemas que el de los adultos.
En muchos países desarrollados, se culpa a las dietas con alto contenido de grasa y a la falta de ejercicio físico por el aumento de la obesidad infantil.
En países como el Reino Unido, el número de adultos obesos también se ha triplicado en los últimos veinte años y sigue en aumento.
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