El melón, una de las frutas más solicitadas durante el verano, está indicado para dietas con control de peso. Cuando la fruta está madura, debe consumirse con inmediatez
DESDE esférica hasta elipsoidal. La forma de los melones puede variar, sin embargo, sus propiedades se mantienen. El 80% de la composición de esta fruta es agua y las escasas calorías que aporta se debe a su contenido moderado de azúcares. Los minerales que aporta el melón en mayor cantidad son el potasio, el magnesio y el calcio.
El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula; mientras que el magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
Asimismo, el melón destaca por su bajo aporte calórico, por lo que se puede consumir en la cantidad deseada sin temor a ingerir un exceso de calorías ni de azúcares. Por ello, está especialmente indicado en dietas de control de peso y dietas con control específico de hidratos de carbono, como la diabetes. Además, por su aporte de provitamina A y vitamina C, su consumo se recomienda especialmente a quienes tienen un mayor riesgo de sufrir carencias de dichas vitaminas: personas que no toleran los cítricos, el pimiento u otros vegetales, que son fuente casi exclusiva de vitamina C en nuestra alimentación; para quienes deben llevar a cabo una dieta baja en grasa.
Para decidir
En el mercado es conveniente escoger los melones que sean duros y sin marcas, con una retícula gris regular. Los fruteros aseguran que cuando están maduros, "tienen un olor dulce y delicado muy característico"; y si no tienen fragancia hay que dejarlos madurar a temperatura ambiente durante algunos días. Para saber si un melón está maduro, hay que tomarlo entre las manos con firmeza. Si al presionar suavemente la base, el lado opuesto a la mata, cede un poco, significa que está bien maduro.
Por otro lado, los ejemplares pasados pueden estar pegajosos al tocarlos. Si es posible sacudir ligeramente el melón antes de comprarlo y se oye un chapoteo, significa que está demasiado maduro y que ha comenzado a deteriorarse. Hay que rechazar cualquier fruta que sea demasiado blanda, que parezca presentar cicatrices o muestre manchas húmedas sobre la piel. El melón maduro se ha de consumir lo antes posible, ya que se deteriora con suma rapidez.
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