Lo más difícil de una dieta no es adelgazar. El calvario es conseguir no recuperar el peso perdido. Se ha dicho por activa y por pasiva que las dietas milagro no funcionan y que los españoles todavía no han instaurado un estilo de vida saludable. Falta fuerza de voluntad. Y, ahí, dicen los expertos que está el secreto del éxito. Teniendo en cuenta que la mitad del país sufre sobrepeso y que ya uno de cada cuatro niños está gordo, con la llegada del verano el gran desafío ya no es quitarse los kilos de más, sino conseguir mantenerse.
Según un estudio de Siken Bienestar Corporal, el 15% de los españoles reconoce que está permanentemente a dieta o que las hace varias veces al año. Uno de cada cuatro afirma que no lleva a cabo ningún hábito saludable de forma habitual para cuidarse y las mujeres son las que más optan por una alimentación sana y equilibrada. “Hay que instaurar un hábito saludable para toda la vida”, sentencia Cristina Fernández, project manager de alimentación funcional y nutracéuticos de Diafarm. Al fin y al cabo, cada persona es y será consecuencia directa de lo que come.
Una vez terminada la dieta, las personas pecan de descuidar los buenos hábitos adquiridos durante el régimen: atender la alimentación, practicar ejercicio físico o disminuir el consumo de bebidas alcohólicas. Seguir consejos nutricionales, pautas de ejercicio físico y otros trucos, como controlar el peso una vez al mes, ayuda a no recuperar el peso perdido. “No es bueno pesarse todos los días, porque puedes llegar a obsesionarte. Lo ideal es una vez cada quince días. También se puede comer saludablemente en los restaurantes”.
La situación es alarmante: si la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los nutricionistas calculan que con 1.800 calorías al día tenemos más que suficiente, actualmente ingerimos una media de 3.200 calorías al día. Un dato que puede justificar que España cuente con un índice de obesidad del 14,5. Los nutricionistas se alarman de que, tras hacer una dieta, el problema está en descuidar los buenos hábitos adquiridos durante el régimen: atender la alimentación, practicar ejercicio físico o disminuir el consumo de bebidas alcohólicas. Si nos dejamos llevar, se vuelve a recuperar todo lo perdido. “Hay que tener en cuenta que en una dieta reduces hidratos de carbono, proteínas y líquido. Pierdes grasa y músculo. El cuerpo se acostumbra a subsistir con menos de 1.800 calorías al día. Cuando dejas el régimen, las calorías que normalmente debería admitir tu cuerpo ya son excedente”, revela Fernández.
Los hábitos alimenticios vuelven. Las prisas de la vida actual impiden, muchas veces, llevar una dieta adecuada. Paradójicamente España, la cuna de la dieta mediterránea, ha sucumbido a la comida basura, uno de los culpables de que el índice de obesidad siga aumentando. Aunque hay alimentos que ayudan a seguir pautas alimenticias, como la remolacha, las sardinas o la canela.
Por qué no son saludables las dietas milagro
Las dietas en general no funcionan porque "no se incluyen en la vida diaria como un hábito para siempre". Las dietas milagro en particular, ésas que prometen resultados espectaculares en apenas unos días, fracasan porque no ayudan a la gente a conseguir el objetivo número 1 de la dieta: aprender a comer bien. “Si pasas diez días alimentándote única y exclusivamente de piña, sí, pierdes peso, evidentemente. Pero no te pasas la vida entera a base de piña”. Pasado el plazo y superado el objetivo cortoplacista, no sólo recuperarás el peso perdido. “La mayoría recupera más peso del que tenía”. Advertencia de nutricionista.
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